Salud materna e infantil en el Perú: desafíos y oportunidades
La salud materna e infantil es esencial para el desarrollo sostenible de cualquier país. Aunque el país ha logrado avances significativos en las últimas décadas, todavía enfrenta desafíos que requieren atención urgente.
En este artículo, examinaremos la situación actual de la salud materna e infantil en Perú, destacando los logros alcanzados y las áreas que necesitan mejoras.
La mortalidad materna, que se refiere a las muertes relacionadas con el embarazo y el parto, es un indicador crucial del estado de la salud materna.
Según la norma técnica de salud N°174-MINSA/2021/CDC, la mortalidad materna se define como la muerte de una mujer durante el embarazo o dentro de los 42 días posteriores a su finalización, debido a causas relacionadas o agravadas por el embarazo o su manejo, excluyendo causas accidentales o incidentales.
Perú ha experimentado progresos notables en la reducción de la mortalidad materna e infantil en la última década, pero la pandemia de COVID-19 afectó negativamente esta tendencia. Entre 2000 y 2019, la tasa de mortalidad materna se redujo considerablemente, de 605 a 302 muertes. Sin embargo, durante 2020 y 2021, debido a la pandemia, la mortalidad materna aumentó en un 45% y 63%, respectivamente, alcanzando niveles no vistos en 13 años. Afortunadamente, a partir del segundo semestre de 2021, las cifras comenzaron a disminuir, en parte debido a la inclusión de las gestantes como población prioritaria para la vacunación contra COVID-19. En 2022, la mortalidad materna cayó a 291 muertes, mostrando un indicio de recuperación.
Para seguir mejorando esta situación, es esencial implementar políticas de salud que fomenten la atención prenatal, eduquen a las madres sobre el cuidado del embarazo y promuevan el parto institucional, asegurando que las madres den a luz en hospitales y centros de salud con personal capacitado. También se deben continuar las campañas de vacunación y programas de nutrición infantil.
A pesar de los avances, persisten desafíos importantes, especialmente en términos de desigualdad en el acceso a servicios de salud. La mortalidad materna es más alta entre las mujeres que viven en áreas rurales y en las comunidades más pobres. Esto debido a que tienen menor acceso a atención médica de calidad que las áreas urbanas, a menudo debido a la falta de infraestructura, escasez de personal médico y barreras culturales o lingüísticas. No podemos dejar de mencionar el grave problema de la desnutrición infantil y la anemia que requieren nuestra atención inmediata.
Al centrarse en la equidad, la educación, la inversión en infraestructura y personal médico, el Perú puede continuar avanzando hacia un futuro donde todas las madres y niños tengan acceso a servicios de salud de calidad y oportunidades para un desarrollo saludable.
@sandrostapleton
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