Salud mental en emergencia

Hace 6 meses (23/10/2022) escribimos en esta columna la situación de la salud mental en nuestro país a manera de diagnóstico. Si bien tenemos pocas herramientas para trabajar como tener tan solo 1,187 psiquiatras a nivel nacional (3 para cada 100,000 habitantes) por lo menos debemos hacerlo articuladamente con otras estrategias, asignando presupuesto, apoyándonos con otras especialidades y conjuntamente con los ministerios de las diferentes carteras.

Hoy la salud metal no está siendo tomada con la importancia debida. Si vemos las noticias un día cualquiera encontramos asesinatos, violencia, feminicidios, violaciones, todos ellos producto de una salud mental deteriorada. La salud mental no es algo efímero como muchos piensan, la salud mental se trata, y se pueden realizar programas para identificar, acompañar, cuidar e integrar a las personas en la sociedad.

Si bien tenemos algunas cifras del Ministerio de Salud que señalan que en el 2022 se atendieron 439,053 casos de ansiedad y 272,432 casos de depresión, no podemos quedarnos solo con estos números, es importante tener otros indicadores para saber qué se ha hecho, cómo se les trata, qué seguimiento y qué resultados hay. No podemos tratar la salud mental como si se tratara de una cirugía y luego te vas a tu casa. Incluso hay otros casos más complejos como trastornos mentales severos, trastornos por consumos de sustancias y drogas, psicosis, bipolaridad, entre otros. Todos ellos afectan no solo a la persona que lo sufre sino a su familia y a la sociedad en general.

A pesar que hay una Ley de Salud Mental (Ley 30947) cuyo objetivo es brindar un marco legal para garantizar el acceso a los servicios, la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación en la salud mental, según la Defensoría del Pueblo se identificó que 8 de cada 10 peruanos no reciben tratamiento adecuado, a pesar de necesitar atención en su salud mental.

Hace unos días la periodista Verónica Linares denunció públicamente a una persona con claras señales de enfermedad mental que la acosaba, contó que esto empezó un año antes, pero se había tornado más grave pues ahora amenazaba a su familia, primero llamó al 105 para que lo llevaran a la comisaría, allí le dijeron que tenía que denunciar en la Fiscalía porque si no tenían que dejarlo salir, pero como era domingo no había quién lo evalúe, desesperada, hizo presión mediática para que el Estado se mueva y finalmente un juez dictó 9 meses de internación en un hospital especializado del Minsa.

Este es un claro ejemplo de que no estamos priorizando la salud mental dentro de las políticas públicas nacionales. Cuando necesitas una figura mediática para obtener lo que normalmente corresponde, significa que el Estado no está funcionando.