Salvo flagrancia, Castillo no caerá
Resultó premonitorio lo que escribí en febrero de este año: “Salvo un terremoto político de igual o mayor magnitud que el de los ‘vladivideos’ de los años 2000 o que el presidente del Perú Pedro Castillo sea hallado ‘en flagrancia’ (cometiendo un delito o participando de este), se mantendrá en su cargo hasta el 2026, a él no le hacen mella los sucesivos escándalos políticos (…)”. Bueno pues, han pasado cinco largos meses desde aquella vez y pese a que las cosas han pasado de castaño oscuro para este Gobierno y quien lo encabeza, este último con cuatro investigaciones abiertas por parte del Ministerio Público (mafia en el MTC, ascensos militares, encubrimiento real por destitución del ministro del Interior y supuestos plagios en tesis de maestría), todo un vergonzoso récord para un jefe del Estado en funciones y que “juró por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción (…)”, en su discurso ante el Congreso de la República con ocasión de nuestro Bicentenario; lo real y concreto es que el hombre sigue ahí, vivito y coleando en Palacio de Gobierno, envanecido por el escudo de la inmunidad presidencial, viviendo en una burbuja temporal que le da el poder político, resistiéndose a reconocer su abrumadora desaprobación ciudadana del 74%, a escasos días de cumplir su primer año de gestión, según Encuesta Nacional de Ipsos Perú del 14 y 15 de julio de 2022.
El último escándalo político de desaforar por medio de un tuit a su sexto ministro del Interior Mariano González y hacer pasar su salida como una renuncia voluntaria a la fecha, cuando en versión del defenestrado dada a la prensa, ésta se habría debido a su decisión de designar un equipo especial de la policía con la misión de capturar a los prófugos de la justicia del entorno presidencial, que sacarlo del cargo fue con el fin de “obstruir la administración de justicia”, ha originado que la actual fiscal de la Nación abra investigación preliminar contra el mandatario por presunto delito de encubrimiento personal, pero ¿y el Congreso? Bueno, más allá de declaraciones aisladas ningún pronunciamiento colectivo de las bancadas, ni la voluntad de declararse en sesión continuada en la Comisión Permanente a fin de adoptar medidas y salidas democráticas a la crítica situación del país.
Todo parece indicar que con el grueso del Legislativo no es, su “Pacto de No Agresión” no escrito con el Ejecutivo se cierra en exigir pruebas palpables contra Castillo para tomar acción, algo así como los jueces penales que para sancionar un crimen exigen les “traigan el cuerpo”, sin este no hay fallo; solo que el Congreso no ejerce funciones jurisdiccionales sino “políticas”. Así las cosas, solo un video o audio con Castillo como protagonista infringiendo las leyes o ser hallado “in fraganti”, continuará en el poder hasta el 2026.
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