Samuel Eugenio
Los defensas centrales son parte medular en todos los equipos de fútbol. Desde que el arquero inicia una jugada, durante el fragor del partido, en la coordinación, voz de mando, anticipación o juego aéreo, se comprueba la importantísima función de ese puesto en el once. Los hay recios, cumplidores, los de juego elegante, los completos y también aquellos que hicieron de la violencia su modus vivendi.
Como Samuel Eugenio, un central que le agregó pasión, entrega, pundonor, personalidad, carácter para estar en el ranking, sin contar los límites. Porque, cumpliendo tales requisitos, jugó siempre con mucha fricción. Al extremo que cuando se le soltaba la cadena varios rivales de turno no solo terminaron dejando a su equipo con un hombre menos sino también con fracturas que tuvo que atender en los tribunales.
Todo eso en el campo, donde “Chamuco” se transformaba, jugando duro, haciendo de la agresividad una pieza clave para el equipo; raspando y mucho, sin problemas en pegar, logrando también la tarjeta roja por sus excesos. Con todo, un ídolo para su institución y pieza fundamental para su técnico de turno, y a la vez uno de los jugadores más amonestados del fútbol peruano.
Al final de su partida también será recordado por su sencillez y profesionalismo en las divisiones menores de Universitario de Deportes.
Descanse en paz, Samuel Ricardo Eugenio Cabrera. Es el fútbol, señoras y señores.