San Martín y Cochrane
José de San Martín hubiera podido ser un héroe en España, si hubiera muerto en Bailén o en La Albuera, batallas en las que combatió en el ejército español contra los franceses de los Bonaparte; de hecho, recibió la Medalla de Oro de los Héroes de Bailén. Pero también pudo ser fusilado en el incidente que comprometió su carrera militar, al haber sido asaltado en 1802 cuando trasladaba el dinero de la nómina de su batallón.
A pesar de su exitosa participación en la guerra de independencia española, era evidente que no podría aspirar a un grado militar más alto. Decide renunciar a todo y viaja a Londres, donde es captado por miembros de la misma logia masónica que fundara Francisco de Miranda, la Lautaro. A partir de ese momento se convierte en instrumento del Plan de Maitland, que se convierte en la guía para la intervención de Inglaterra contra el Virreinato del Perú, como consecuencia del control de Buenos Aires y Santiago. La historia constata los múltiples intentos de la élite inglesa por sustituir a los españoles en las Provincias Unidas del Río de la Plata, auspiciando traiciones y sucesivas guerras civiles, por lo que no es aventurado suponer el origen del financiamiento de las campañas hacia Chile y Perú.
Lo de Thomas Cochrane fue diferente; su familia estaba en bancarrota cuando logró ingresar a la marina inglesa, con apenas once años, para realizar una carrera caracterizada por una singular capacidad naval, pero unida a un carácter arisco y explosivo. Su batalla más importante fue la de la isla de Aix, en la que, con una sola nave, atacó a exitosamente a quince francesas.
Conservando su condición de marino logró la elección en el Parlamento, por el distrito de Honiton y luego por el de Westminster, integrando el sector más extremista del partido liberal. Impetuoso, se vio envuelto en un escandaloso fraude que lo condujo a la cárcel durante un año. Con su trayectoria manchada, puso un aviso en varios periódicos ofreciéndose como mercenario, siendo contratado por José Antonio Álvarez para integrarse a la campaña de San Martín en Chile, lo que posteriormente lo llevó a cañonear y bloquear al Callao repetidas veces. Luego de la proclamación de la independencia, se resistió a los deseos de Monteagudo de entregar su escuadra al Perú y termina siendo expulsado por San Martín acusado de apropiarse de dinero peruano.
Ambos militares fueron fundamentales en el éxito del proyecto masónico-inglés contra la debilitada España católica. Símbolos de una independencia impuesta desde Londres, ajena a la voluntad de la mayoría de peruanos, pero que debemos celebrar como el hito histórico que nos reta a construir un país soberano y poderoso.
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