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Saturno

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Fecha Publicación: 10/03/2021 - 20:30
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Winfried Georg Sebald, alemán establecido en Inglaterra, fue un notable académico y profesor de literatura, además de genial escritor. Al revisar algo sobre su vida uno se sorprende al enterarse de que falleció a causa de un accidente automovilístico. Buceando un poco en internet, cualquiera puede toparse con una nota del año 2001, del diario El país, en la que, además de darnos a conocer el trágico suceso, Sebald es descrito como un hombre que detestaba la tecnología y que no leía literatura contemporánea.

Pero lo que nos reúne aquí no es su desaparición, sino el comentario en torno a uno de sus mejores libros (yo diría que el mejor, sin lugar a dudas): Los anillos de Saturno. Publicado originalmente en 1995, el libro de marras es un relato envolvente que transita entre el ensayo de corte histórico y la novela, sin llegar a establecerse en ningún género en particular. Esta hibridez le otorga al texto un poder de atracción, en muchos pasajes, insoslayable.

El argumento del libro es simple: un hombre llamado Sebald narra en primera persona su recorrido a través de Suffolk, un condado en la costa este de Inglaterra, en donde cada pequeño suceso lo ayudará a recordar y a reconstruir una memoria cada vez más extensa e inagotable. A través de un viaje en el que describe la arquitectura, tradiciones e historia de un pueblo, se explaya lentamente hacia un horizonte más amplio, que abarca el universo mismo y el papel que el hombre juega dentro de él.

Es así como W. G. Sebald nos toma de la mano y nos hace partícipes de su recorrido, razón por la cual el relato, convertido en viaje, se torna altamente adictivo: uno simplemente no puede parar de leer por el constante asombro.

La memoria a la que he hecho referencia se fusiona con el conocimiento erudito de la historia de Inglaterra, Alemania, África, Holanda y China, y se funde también con exquisitas apreciaciones que tienen como tema principal a las ciencias naturales y el arte. Las imágenes brotan potentes ante el lector, quien observa la destrucción de las cosas de la que Sebald es testigo.

En el libro, dividido en diez capítulos, encontramos también muchos otros personajes que participan del relato. Sus anécdotas conforman la piedra angular de esa gran visión del mundo que Sebald intenta capturar y compartir. Y quizá ese sea su mayor mérito: descubrimos lo que ha maravillado a Sebald. Vemos con sus ojos.