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¡Se acabó el recreo!

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Fecha Publicación: 20/12/2024 - 23:00
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Corren los meses y se acercan las elecciones. Pareciera que a nadie le preocupa lo que hace tiempo vienen haciendo Antauro Humala y demás presuntos candidatos extremistas para los comicios de abril de 2026. Tampoco parece interesar lo que sucede en torno a los llamados frentes políticos —provinciales y populares— dispuestos a tomar el gobierno del país por las buenas o por las malas. Más grave todavía, muy pocos ciudadanos son conscientes de que, en esas elecciones, se definirá el rumbo que en adelante tome nuestro país.
Si bien esta permanente y temeraria dejadez nunca ha dejado de ser característica de la idiosincrasia nacional —como es muy fácil comprobar, amable lector—, el resultado es que, a lo largo de este tiempo, lo único que hemos conseguido con semejante imprudencia es aproximarnos decidida y apresuradamente a este catatónico estado de crisis generalizada en que ahora se debate el Perú. ¡Escenario más que propicio para que el comunismo secuestre, para siempre, nuestra nación!
¡Esta es una realidad! ¡No es alarmismo ni alucinación! Nos encaminamos a paso acelerado a unas elecciones que, hasta hoy, ganaría el extremismo. Y por si algún despistado cree que exageramos, será mejor que ponga los pies en la tierra, recuerde que alguna vez debe haber escuchado el término patriotismo y empiece a aportar su granito de arena para cerrarle el paso a ese totalitarismo que ya saliva el triunfo electoral de 2026.
Al respecto, ¿está usted haciendo algo por evitarlo? De no ser así, le sugerimos hacerlo prontamente. La suerte hace tiempo viene abandonando a los demócratas peruanos, amable lector. Los astros están a favor de los enemigos de la democracia, en caso aún no haya usted reparado en esta realidad.
Hace un cuarto de siglo que empezó este peligroso declive en el Perú. Y, salvo que gente como usted finalmente decida aportar ideas y/o trabajo para franquear el paso al marxismo trajeado de buenista —que se encuentra a las puertas del poder—, lo más probable es que, en la primera o segunda vuelta electoral del año entrante, gane un irreconciliable, perverso, acérrimo y peligroso enemigo suyo.
Los escasos partidos políticos democráticos que aún están activos siguen siendo el más eficaz recurso disponible para enfrentar y superar el desastre que el destino nos viene preparando, resentido como debe estar ante tanta irresponsabilidad como la que, por décadas, viene mostrando particularmente la gente pensante y el empresariado nacional. Al extremo de haberle cedido su espacio al extremismo para que consolide su viejo anhelo de comunizar el Perú.
Le sugerimos entonces acercarse al partido que más afinidad y confianza le inspire, y ponerse a trabajar con sus pares por el futuro de una nación que, de una u otra manera, hasta ahora le ha permitido llevar una vida decente, expectante y/o muy favorable. No permita que desaparezca la democracia ni que siga decayendo y empobreciendo el Perú, como está ocurriendo hace un cuarto de siglo, por desidia, temor o lo que fuera de sus clases sociales más favorecidas.
¡Se acabó el recreo, amable lector!

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