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¡Se acabó la magia, señoritos!

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Fecha Publicación: 07/05/2022 - 23:00
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Los caviares siguen siendo tan nefastos como este régimen marxista/senderista que encabeza Castillo. Se diferencian del primero por sus modales más exquisitos, por su lenguaje afiatado, y por su hipocresía ilimitada. En el fondo, siendo ambas minorías absolutas (contrastadas con la población nacional), las dos son corrientes corrosivas para el interés nacional.

Los caviares, tradicional, permanente y absolutamente repudiados en cada uno de los comicios en los que han participado, se resignan a ocupar el último lugar en las preferencias populares. Sin embargo, se dan maña para orquestar feroces campañas mediático/jurídicas -pues dominan esa mal llamada gran prensa y manipulan el poder Judicial y el Ministerio Público-, feudos que tienen férreamente controlados gracias a millonarios presupuestos que provienen de los infinitos recursos con que cuenta su blitzkrieg de oenegés.

Esto les permite manejar tanto expedientes como antecedentes relacionados al candidato y/o partido ganador de la contienda electoral, al cual le organizarán un implacable chantaje acompañado por una persecución mediática y judicial, para forzarlo a pactar alguna suerte de co-gobierno transaccional, inconstitucional, pervertido e ilegítimo. Esto, amable lector, es lo que ha ocurrido durante las gestiones de Toledo, Humala, PPK, Vizcarra, Sagasti.

Los caviares son una mafia. ¡Y funcionan como tal! Los dirige un capo, generalmente confundido entre su elite de operadores. Dominan los señalados círculos de poder, desde donde consiguen abastecerse de información privilegiada -evidentemente prohibida de circular debido al supuesto secreto en materia judicial, investigatorio, tributario, etc.- a la cual tienen irrestricto e inmediato acceso a través del IDL, en su condición de órgano oficioso del círculo caviar.

Pero a los aspectos más comprometedores -material clasificado- sólo tienen llegada sus operadores principales; los encargados de dirigir y organizar las estrategias del exitoso sistema de chantaje que manejan, gracias a la información confidencial que poseen.

¡En realidad, más que co-gobernar los caviares han go-ber-na-do durante estas últimas dos décadas! El resultado ha sido esta progresiva, firme, dramática descomposición del Estado de Derecho y de los valores democráticos. Tan peligrosa y tóxica como el sistema que está próximo a implantar el comunismo, hijo putativo de aquel póker de miserables expresidentes, dizques democráticos, que le endosaron a los caviares sus poderes como gobernantes, sin que esta banda de aprovechadores siquiera hubiese pasado la valla del porcentaje de votos indispensables para figurar en el padrón de partidos validado por el JNE.

Aunque la “gente bien” vive babeando por los caviares, convencida de que son la solución a “sus” problemas. ¡Cuando precisamente son el origen de todos los males que afectan al Perú! ¿Cómo logran esta transubstanciación? Apelando a sus modales exquisitos, a su lenguaje afiatado y a su hipocresía infinita. Su profesionalismo en la manipulación de masas estúpidas les permite cautivar a nuestra crema y nata social, absolutamente descerebrada, superflua e irresponsable.

Gente que prefiere vivir a ciegas ante la realidad, alucinando en su frivolidad, gozando de lo que tiene -y lo que NO tiene- con tal de permanecer figurando en ese frívolo escalafón de los ricos y famosos. Malas noticias, señoritos. ¡Se acabó la magia!

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