¿Se empiezan a destrabar los megaproyectos?
Después de 10 años por fin se adjudicó el Anillo Vial Periférico; hace poco se adjudicó el puerto de Marcona; el 14 de abril se firmará el contrato de gobierno a gobierno con Canadá para retomar Chavimochic con $ 750 millones; con Chinecas (Ancash) se efectuará algo parecido con un monto de inversión de US$ 800 millones y Majes Sihuas se transferirá íntegramente al Ejecutivo con $ 600 millones.
Lo anterior es una gran noticia, sin embargo eso no quita que dichos megaproyectos no tengan retos pendientes. Por ejemplo, en el caso del anillo periférico, como ha esperado 10 años en algunas partes (el anillo se inicia en el óvalo 200 millas, Callao, y va hasta el distrito de San Luis) de la ruta ya no son periféricas porque han sido invadidas.
Si bien es cierto que es una noticia muy positiva que se empiecen a destrabar esos megaproyectos, tampoco es aceptable que las licitaciones o concursos se entreguen sin observar reglas mínimas. Y algo de esto se puede observar en ProInversión, institución que por el afán de aumentar el monto de sus contratos flexibiliza algunas reglas, como en el caso del otorgamiento de Marcona en el que se cambiaron partes sustanciales del Plan Maestro y se cambiaron las reglas de la licitación que al final parecía un “terno a la medida” del único postor y ganador, Jinzhao (ver mi artículo “Error administrativo del 01.04.24) . Metodología que utilizaba frecuentemente Odebrecht y que la han heredado varias empresas chinas.
Otro problema que afectará , principalmente al anillo periférico, es el tema de las expropiaciones, sobre todo, que en los 10 años de espera, el mapa de los distritos a transitar se ha modificado sustantivamente. Por lo que con las numerosas experiencias negativas en este sentido, se espera que se hayan tomado las disposiciones necesarias para evitar tropezarnos con las mismas piedras.
Asimismo, un tema a tener en cuenta es seguir una secuencia lógica en el proyecto. Ya que algunos , por ejemplo en una carretera, los estudios de pre factibilidad no se sustentan en informaciones primarias (se elaboran planos, pero no se efectúan perforaciones). En los estudios de factibilidad se efectúan perforaciones, pero de manera general. Y en los Estudios Definitivos el espectro de perforaciones es mayor. Por lo que no se debería de permitir que se liciten proyectos que no cuenten con Estudios Definitivos y con Estudio de Impacto Ambiental. El caso más evidente es el de la Interoceánica Sur, al que se le permitieron 22 adendas y ya sabemos la corrupción que originó. De esta manera las constructoras corruptas ofrecían montos reducidos en las licitaciones (porque sabían que la diferencia la iban a obtener vía las adendas que fueran necesarias). “Sacándole la vuelta” de esta manera a los resultados de las licitaciones. Y desincentivando que constructoras honestas se presentaran a futuras licitaciones. En todo caso, lo importante es que el destrabe funcione eficientemente.
Y como los problemas de este tipo de proyectos le están saliendo sumamente caros al gobierno, éste debería de constituir una institución que se dedique solo a los megaproyectos, que se especialice en sus mejores prácticas y que sean los encargados de negociar y supervisar la ejecución de los mismos.
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