¿Se extenderá la guerra de Israel contra Hamás fuera del Medio Oriente?
No creo que el conflicto en el Medio Oriente, que, estricto sensu, compromete al Estado de Israel y al grupo terrorista Hamás, que controla el territorio palestino de la Franja de Gaza, se extienda fuera de esa región, es decir, suponga la participación de otros Estados u otros actores convencionales del sistema internacional que no sean únicamente los islámicos, es decir, los países árabes propiamente dicho, e Irán, que son persas, entre otros. Lo anterior, que no supone que Hamás de ninguna manera sea convencional, no significa que no pueda irse de las manos, como he referido en una columna reciente. Lo voy a explicar. El conflicto de fondo, es decir, el que mantienen el Estado de Palestina contra el Estado de Israel por los territorios ocupados, que es distinto del que por estos días sucede entre Israel y el Hamás, ha sido desde su origen en 1948, uno de naturaleza bilateral localizada, fundamentalmente. Es verdad que, producida la declaración de la independencia del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948 -Israel aceptó la resolución 181 de las Naciones Unidas y Palestina la rechazó-, exactamente el mismo día que se ponía punto final al Mandato Británico sobre el territorio de la Palestina, todos los países árabes se decidieron en declarar la guerra a Israel. Desde entonces la guerra no ha comprometido a más actores que no sean Israel y Palestina, y a las Naciones árabes, durante la Guerra de los Seis Días de 1967, que actuaban por esos años, promovidos por el denominado panarabismo que no existe pues en ese momento todos los países árabes cerraron filas con Palestina contra Israel y el día de hoy, ha sido precisamente Israel el Estado que ha llevado adelante el proceso de normalización de sus vinculaciones con los países árabes. Los tiempos y las circunstancias, entonces, han cambiado, ostensiblemente.
No digo que los países árabes hayan abandonado su apoyo a Palestina -es lo que Hamás ha querido hacer ver a la opinión pública árabe y mundial, confundiéndola- si no que cuentan cada uno realidades nacionales diferentes que supone una agenda específica o propia, y que son conscientes que a nada bueno estaba conduciendo la actitud colectiva del pasado en que se enfrentaron a Israel. No veo que los países árabes hayan tenido ningún signo directo o indirecto de indiferencia con el problema palestino-israelí. Ya mismo seguramente tendrán una posición en el marco de la Liga Árabe respecto del bombardeo del ejército israelí en el aeropuerto de Damasco, en Siria, que, por cierto, me queda claro que la inteligencia de Israel habría confirmado alguna fuerte vinculación entre el gobierno de Siria -como sucede con el de Irán- con el extremismo que representa el Hamás. Siempre he creído que la referida normalización israelí con los países árabes es el mejor camino para llegar al problema de fondo. Seguramente no es el único, pero podría ser uno realmente realista y pertinente. En cuanto a la participación de actores exógenos al Medio Oriente, pues Rusia como China están ocupados, el primero en su guerra contra Ucrania, y el segundo en seguir conquistando económicamente el mundo. La actuación de Washington con sus dos portaaviones en la zona del conflicto, tiene exclusivo objetivo disuasivo, no veo más que eso, por ahora.
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