¿Se fue Evo?
La caída de Evo Morales altera significativamente la geopolítica del hemisferio, porque Bolivia es el centro, el eje terrestre del continente.
El país del altiplano, en efecto, tiene 7,777 kilómetros lineales de frontera con Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú. Esa es su importancia estratégica y la razón porque sectores de izquierda vinculados al chavismo, al Foro de São Paulo y ahora al Grupo de Puebla, han hecho lo imposible para que el líder cocalero retenga el poder, avalando primero su candidatura ilegal a una cuarta reelección, después del descomunal fraude electoral y ahora denunciando que ha sido víctima de un golpe militar, campaña que ha servido para que partidarios del ex mandatario desarrollen actos de violencia.
Bolivia, sin duda, fue y es la ruta de expansión del Socialismo del Siglo XXI.
Los años 2006-2007 crearon la “Misión Milagro”, programa financiado por el ex mandatario Hugo Chavez, a través del cual compatriotas de Puno, Cusco y Arequipa fueron trasladados en aviones y omnibuses a Cochabamba, La Paz y Caracas, para que médicos cubanos los operen de cataratas, muchos en el centro oftalmológico “Doctor Ernesto Che Guevara”.
En paralelo, tambien el 2007, en el sur del país, organizaron encuentros en las llamadas “Casas del ALBA”, eventos donde difundían el pensamiento del Socialismo del Siglo XXI y presionaban al gobierno del Perú para que asuma el modelo político-económico chavista.
Pero Bolivia también es clave para una potencia como Rusia, propietaria de campos petroleros y gasiferos en Venezuela, que ahora está interesada en expandir sus negocios hacia el país del altiplano.
Con Morales los unía un sentimiento de rechazo a Estados Unidos y a las democracias liberales. Por ello, Evo y Putin suscribieron varios protocolos de cooperación; entre otros, Yacimientos Petrolíferos Bolivianos, y la empresa rusa Acron se asoció para comercializar 2 millones 200 mil metros cúbicos de gas natural a Brasil, por 20 años.
Moscú, asimismo, se ha comprometido en explotar las canteras de litio, las más ricas del mundo; construir una central nuclear y participar en el financiamiento del tren bioceánico para conectar el Atlántico con el Pacífico, a un costo estimado en 10 mil millones de dólares; además, alcanzaron acuerdos militares, entre otros, para que los soviéticos vendan aviones de combate y de entrenamiento a la Fuerza Aérea Boliviana.
Con Evo Morales asilado en Mexico no concluye la crisis boliviana. Desde el exilio, el líder cocalero seguirá resistiendo con apoyo de la izquierda latinoamericana, que hará todo lo posible por reinstalarlo en el poder, apelando a los argumentos tracaleros de que ha sido víctima de racismo y de un golpe militar.