Se necesita a Boluarte en fueros internacionales
Hace unos días, el Poder Ejecutivo presentó un proyecto de ley para permitir que la presidencia de la república se pueda ejercer de manera remota, en caso de no contar con vicepresidentes. Moción que parece aceptada por un importante sector del Parlamento, pues el que la presidente no pueda salir a representar al país internacionalmente, perjudica la imagen del Gobierno y del Estado en el exterior, en el contexto de ataques políticos de presidentes que se pronuncian irresponsablemente sobre asuntos internos del Perú, atacando al gobierno de Boluarte.
Más allá de las razones de estos ataques políticos, que estoy cada vez más convencido de que tienen que ver con pretensiones autoritarias e inconstitucionales de estos mandatarios, el que Boluarte no pueda salir del país, contribuye a mellar la imagen del Gobierno y del Estado en su conjunto, lo que, internacionalmente, nos pone en la perspectiva de ser un probable Estado Fallido.
Una presidente que no puede representar a su Estado en fueros internacionales es fácilmente asumida como débil; a pesar de que sea algo que no se ajuste con la realidad, por el alto respaldo institucional con el que cuenta el Gobierno. Sin embargo, esta supuesta debilidad afecta su capacidad de negociación real en la esfera mundial, restando protagonismo al Perú y perjudicando nuestras perspectivas como país.
Los perjuicios ya los vemos, por ejemplo, en el caso de la Alianza del Pacífico, que nació, gracias a una propuesta peruana, como un bloque de integración económica que permitiera negociar a un mejor nivel con el Asia, y que actualmente ha sido asaltada por mandatarios que ven en las instituciones mecanismos de presión para imponer agendas propias, y parecen no preocuparse por la economía regional.
El que Perú sea impedido de asumir la Presidencia Pro Témpore de la Alianza limita significativamente nuestras posibilidades comerciales en el futuro inmediato, pues no se pueden tamizar las necesidades e intereses peruanos en los acuerdos por pactar; algo relevante en el contexto de confrontación económica entre las potencias establecidas y las que se consideran en vías de desarrollo, que viene alterando el orden global de los últimos 30 años.
Además, luego del golpe de Estado de Pedro Castillo, que fue rechazado por la sociedad y la institucionalidad democrática peruana, diversos personajes, cercanos a la parodia de dictador, pasearon por diversos países, principalmente de la Unión Europea, donde algunas instituciones vinculadas a sectores de izquierda les dieron espacio, contribuyendo a crear una ficción de lo que sucedió en el Perú, en la que Castillo no dio un golpe de Estado, y en la que se estableció una dictadura.
Algo falso y absurdo por donde se lo mire, más aún si se asume que en el Parlamento, el espacio donde las fuerzas políticas institucionalmente representadas interactúan y defienden sus intereses, prima la negociación política; por lo que no les resulta difícil alcanzar votaciones calificadas (2/3) cuando existen objetivos comunes, aunque no siempre agraden a importantes sectores de la población.
Debido a la urgencia del caso, es probable, y de esperar, que Boluarte sea facultada de salir del país y despachar virtualmente, a fin de representar los intereses nacionales en el exterior, pues estos no deberían tener color político en el Parlamento.
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