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Se profundiza la intervención boliviana

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Fecha Publicación: 15/01/2023 - 23:40
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En los últimos días se han presentado hechos que ratifican la intervención de “ponchos rojos” de Evo Morales apoyando la violencia extrema del sur.

Es así que se arrestó en Puno a un militante del MAS (partido de Evo Morales) cuando transportaba 126,000 balas calibre 22. Y según Erwin Morales, director de la oficina de prensa del Arzobispado de Santa Cruz, los ponchos rojos que están generando violencia extrema en Perú son los mismos que desarrollan violencia extrema en Bolivia.

Asimismo la policía decomisó 50 combis con placas bolivianas, las que habrían transportado a los ponchos rojos bolivianos para sumarse a la violencia que está caracterizando al sur del país. También hay que tener en cuenta las increíbles expresiones del gobernador de Puno, Richard Hancco en Radio Exitosa, “Los policías se han autoquemado (en referencia al policía que turbas asesinas lo incendiaron en su patrullero). Nuestros hermanos solo quieren defender su vínculo histórico con Bolivia. El pueblo está enojado por el maltrato al hermano Evo.” También hay que recordar que la Universidad Nacional del Altiplano de Puno otorgó a Evo Morales la Distinción Honorífica de Doctor Honoris “en reconocimiento a su liderazgo en defensa de los recursos naturales, autodeterminación e integración de los pueblos latinoamericanos”. Por lo que creo que no se le está dando suficiente importancia al nivel de penetración de Evo Morales y sus partidarios en Puno. Por lo que el Gobierno debería de actuar de una manera decidida, apresando en flagrancia a todos los que están participando delincuencialmente en los actos de violencia extrema y habría que ampliar la lista de bolivianos impedidos de ingresar a nuestro país.

Lo anterior confirma, una vez más, la participación de extranjeros en los actos de violencia extrema del sur del país y la posibilidad que dichos elementos, como de algunos de los mineros informales o sujetos vinculados al narcotráfico y otras actividades del crimen organizado, puedan haber participado en las muertes de algunos de los fallecidos en las revueltas.

De otro lado, aquellos que demandan la salida de la presidenta Boluarte, ¿creen que su reemplazo por quien designe el muy desprestigiado Congreso va a calmar las protestas? Obviamente que no. Y eso lo conocen los que están impulsando su salida. También saben que la salida de Castillo y la mayoría de sus otras demandas son inviables, y es precisamente por eso que insisten en ello. Lo que buscan es agudizar las contradicciones hasta llegar a un punto en el que vendan la idea que la única salida para la crisis sería la aprobación de una Constituyente con representación popular, que elaboraría un nueva Constitución. En otras palabras repetir lo sucedido en Chile, seguido de los mismos fracasos. Y esa determinación es la que está imposibilitando lograr un diálogo con resultados positivos.

Pero a pesar de ello el Gobierno debe insistir en dialogar con los que verdaderamente representen las demandas regionales.