Se viene la Asamblea General de las Naciones Unidas
Ayer se ha declarado abierto el 80° período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York y en pocos días será lo que constituye su tramo de alto nivel -tercera semana del mes de setiembre-. Durante ese lapso cobra vida de manera exponencial el denominado multilateralismo pues en el marco de la Asamblea General, que es el órgano principal de la ONU, se suelen producir una serie de reuniones bilaterales entre los jefes de Estado que asisten a este cónclave planetario del mayor foro político que cuenta la humanidad dado que en la ONU participan los gobernantes de los 193 Estados miembros de la organización, que surgió luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y que reemplazó a la Sociedad de Naciones o Liga de las Naciones que fue creada al final de la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Conviene precisar que la Asamblea General de la ONU no es ni funciona como el Poder Legislativo del derecho interno de un Estado (llámese Asamblea Nacional, Parlamento Nacional, Congreso, Knesset, Cortes Generales, Duma Estatal, Bundestag, Dieta Nacional, etc.,). Lo anterior es muy importante porque mientras las Naciones Unidas emite resoluciones que tienen carácter únicamente de recomendaciones para los Estados, las leyes u otras normas jurídicas de derecho interno, en cambio, tienen naturaleza vinculante e imperativa, y esta diferencia debe ser muy bien comprendida para entender la exacta naturaleza de sus funciones. La explicación por la cual las resoluciones no son vinculantes se debe a que el derecho internacional es esencialmente horizontal debido a la igualdad jurídica de los Estados; en cambio, las leyes internas del Estado son horizontales porque su carácter obligatorio deviene del uso de la fuerza o carácter coactivo del Estado, de lo contrario, los Estados tienden a anarquizarse y el objeto de la ley, que tiene una carga coercitiva (advertencia o amenaza legítima) o coactiva (uso de la fuerza por violencia legítima), es el mantenimiento del orden social nacional o interno. La Asamblea General se reúne para llevar adelante decisiones en el marco de la Carta de San Francisco, que es el tratado fundacional de la ONU. La máxima autoridad de la Asamblea General es su presidente -este año y para el 2026, ha recaído en Annalena Baerbock de Alemania-, que es quien preside este 80° período de sesiones. Recordemos que el embajador Víctor Andrés Belaunde, consiguió esta misma membresía para el Perú durante los años 1959 y 1960. Quizás convenga también precisar que el secretario general de la ONU, es el máximo funcionario internacional administrativo de las Naciones Unidas, cuyo cargo actualmente recae en el ex primer ministro de la República Portuguesa, António Manuel de Olivera Guterres, elegido en 2017. Esperemos que los discursos presidenciales en la ONU, no terminen siendo exposiciones de retóricas sin resultados para los pueblos del mundo que no lo merecen.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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