Seguirán robando en pleno velatorio de Petroperú

El régimen de Dina Boluarte, después de largos dos meses de interregno dedicados a empeorar todavía más la serísima situación de quiebra en que se encuentra Petroperú, decidió designar como presidente de la petrolera a un sujeto que ya ejerció ese mismo cargo. Por tanto, ha contribuido al desastre de la empresa, supuestamente de propiedad de todos los ciudadanos. Pero aún hay más. Este individuo no solo antes ha presidido Petroperú -abundando en la quiebra que viene engendrando hace varias décadas- sino que, además, tiene antecedentes penales. Estos provienen del año 1973, cuando el hoy nuevamente jerarca de Petroperú fue sentenciado a seis meses de prisión condicional por un delito de presunta violación. Ese repugnante hecho revivió el año 2021, cuando la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, SUNEDU, conoció que el fulano -quien purgó seis meses de prisión por su delito- había sido nombrado profesor de San Marcos. Su nombre es Alejandro Narváez Liseras.
Los comentarios más reiterativos sobre la huella que ha dejado el tal Narváez Liseras en Petroperú, según un interesante análisis de la agencia Infobae, es que “la mayoría de las personas consultadas sobre esa nueva temeridad (del boluartismo) es que, con un sujeto como Narváez Liseras, el despilfarro y la pérdida de dineros del Estado continuarán en la estatal petrolera.” Por cierto, la renuncia de Roberto McDonald al cargo de director de Petroperú no se hizo esperar un minuto. Renunció apenas conocer su nombramiento.
Desde luego, no era necesario ser zahorí para entender que un elemento como Narváez -cuyos antecedentes se encuentran registrados en varias entidades públicas, así como en el Poder Judicial- ayudaría a ahondar la peligrosa crisis terminal por la que atraviesa Petroperú. Como tampoco era coherente -dado el estado de agonía en que se encuentra esta- esperar dos largos meses para producir una designación tan tonta como cómplice -con la corrupción- por parte del régimen que preside Boluarte. Porque, hay que ser muy incapaz para tomarse más de dos meses en nombrar al sucesor de un buen presidente de Petroperú, como fue Oliver Stark Preuss -quien pudo haber rescatado a la petrolera quitando de cuajo la corrupción que la corroe hace largo medio siglo- y terminar eligiendo a un esperpento como Narváez, para darle las riendas de una entidad que debe más de US$8,500 millones al Estado; y Boluarte acaba de prestarle otros US$800 millones para que Narváez los pulverice a su entero gusto.
La versión del especialista en finanzas Alejandro Indacochea que daba ayer EXPRESO es clamorosa: “Todo indica que el nuevo directorio estará en manos de sindicalistas o gerencias fracasadas, con un presidente del directorio (Narváez) que ha tenido serias denuncias. Esto sugiere que Petroperú continuará con el despilfarro, acumulando pérdidas que durante el actual gobierno ascienden a 2,554 millones de dólares”, anticipaba a través de este periódico.
¿O acaso sin querer queriendo Boluarte, sería la heroína nacional que finalmente entierre a esa lacra llamada Petroperú que, impunemente, le ha robado miles de millones de dólares a los peruanos?

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