Separémonos de la CIDH
La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos forman parte de la Organización de los Estados Americanos que, durante esta última década, se identifica como defensora de las izquierdas latinoamericanas. Su secretario, el ex guerrillero Almagro, respalda al corrompido/golpista Pedro Castillo y ataca mediática, políticamente a nuestra presidente Constitucional, y a los miembros democráticos de nuestro Parlamento. Estos, asimismo, son permanentemente hostilizados por los presidentes de Colombia, Bolivia, Chile, México, Argentina, para forzar nuestra incorporación al círculo totalitario que lideran Venezuela y Cuba. La Comisión y Corte IDH forman un poder supranacional, que opera por encima de nuestro sistema jurídico constitucional. Vía ucases, ambas imponen sus criterios sobre derechos humanos para determinar, por ejemplo, cuando el Perú violenta derechos humanos de los terroristas de sendero y mrta.
Durante las tres últimas décadas, Perú ha sido víctima de la prepotencia jurídica de la Comisión y Corte IDH. ¡Y seguimos siéndolo! Nos obligaron a anular sentencias impuestas -por jueces peruanos- a terroristas genocidas dirigidos por abimael guzmán y cerpa cartolini, pese a ser autores asesinatos de extrema sevicia y ensañamiento –a punta de metralleta y dinamita- de 35,000 peruanos; y de la destrucción -por miles de millones de dólares- de infraestructura tanto pública como privada. Asimismo abolieron y/o redujeron al mínimo las indemnizaciones por daños y perjuicios que, mediante sentencias de nuestros tribunales, impuso la Justicia a aquellos genocidas. La CIDH ha llegado al extremo de obligar a nuestro país a pagar millonarias indemnizaciones a centenares de terroristas, alegando que nuestros magistrados habían violado derechos humanos de unos criminales en serie. Hay más. La CIDH empatiza y simpatiza con los terroristas al avalar, en fondo y forma, el retorcido informe de la comisión de la verdad que considera al terrorista un “luchador social”. Inclusive la CIDH es partidaria de lo que denomina “resocialización del terrorista que ya purgó condena carcelaria.” Sin lugar a dudas, aquellos gestos –y actos- de la CIDH, relacionados al Perú, han sido maléficos, prepotentes y reprobables. ¡La propia realidad lo confirma! Tres décadas después de que capturaramos a abimael guzmán y a toda su cúpula senderista -lo mismo que a los cabecillas y secuaces del mrta- tenemos a más de 3,500 terroristas libres (de cerca de 4,000 que fueron condenados a cadena perpetua por orden de los jueces peruanos), haciendo de las suyas en calles y plazas del país. Lo confirman recientes actos de terrorismo suscitados con la participación de incalculable número de terroristas de sendero luminoso y mrta, liberados por la CIDH sin haber cumplido su pena de carcelería perpetua.
Finalmente, un ex juez de la CIDH hoy es abogado del corrupto, golpista Pedro Castillo, caballo de Troya del comunismo sudaca, quien organizó esta asonada bochevique en Perú para convertirnos en Venezuela ll. ¿Seremos tan indignos como para permanecer siendo miembros de la CIDH? ¡Llegó la hora de tomar posiciones en defensa de nuestra nación, amable lector! Mantener el statu quo, sometidos a esta dictadura jurídica supranacional, implica seguir traicionando al Perú. ¡Breguemos, cada cual desde lo suyo, para desligarnos de esta lacra!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.