ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Severos riesgos en la economía nacional

Imagen
Fecha Publicación: 04/09/2021 - 21:30
Escucha esta nota

Dos hechos afectaron severamente la economía nacional: La Pandemia del Covid-19 y la campaña electoral. Lo primero, por previsión, motivó la paralización de centros de trabajo. Con las elecciones asustaron a los empresarios y se inició la fuga de capitales de nacionales y extranjeros y paralizaron las inversiones; tampoco se aperturaron nuevos centros de trabajo y no habiendo trabajo no se pagaba remuneraciones. Paralelamente comenzó a devaluarse nuestra moneda. Los “gobernantes” fueron en “ayuda” con bonos, disponiendo devoluciones de fondos jubilatorios, pagando sueldos a los servidores públicos con “trabajo a distancia”, etc. Los gobernantes “reparten” el dinero que proviene de las arcas nacionales y es probable que incremente la devaluación. Con dinero que el Estado les entregaba aumentó el consumo pero como las materias primas elevaron su costo, los precios de los alimentos cada vez suben; el poder adquisitivo de la moneda disminuye ocasionando el desequilibrio entre la producción y la demanda y cada vez se incrementará la pérdida del valor del sol y menos bienes podremos consumir con la misma cantidad de dinero. Estamos a la puerta de una inflación. Pronto los trabajadores exigirán aumentos remunerativos.
Los gobernantes no deben espantar a los empresarios nacionales y extranjeros sino atraerlos garantizándoles el respeto por sus inversiones con ganancias racionales estimulándolos para que instalen grandes centros de trabajo que incremente la producción de bienes destinados al mercado nacional e internacional. Debe orientarse la producción a transformar las materias primas nacionales en productos elaborados. A más centros de producción mayor será la cantidad de trabajadores, evitándose la depreciación de la moneda nacional y disminuyendo la pobreza. Los precios para el consumo nacional serán estables. Si una persona tiene trabajo remunerado racionalmente para la subsistencia familiar, no habrá necesidad de “repartir” dinero sin trabajar. Nuestro pueblo tiene la capacidad necesaria para ganarse el pan con un trabajo productivo y reclama que haya centros de trabajo que oferten puestos de empleo donde se respete sus derechos personales y laborales.
El desarrollo de la economía peruana no impide que los elegidos (Presidente y/o congresistas) no “debatan” políticamente defendiendo propuestas con sus sustentos ideológicos. Si ambos gobiernan razonablemente están obligados a expedir normas para robustecer la economía y el desarrollo nacional y derrotar la pobreza. No se trata “de entregar” dinero sin trabajo. Si los “electos” persisten en “sus posturas” pronto tendrán en las calles trabajadores reclamando empleo. No queremos un país de mendigos ni delincuentes.