Si poco abarca Mucho, menos apretará

No busque zonas de confort, señor ministro, mantener el nivel de inversiones mineras del 2023 es insuficiente, tenemos que superar con creces los US$5,235 del nefasto año de Castillo. Además, el destrabe de proyectos no necesariamente es su prioridad y no solo lo han traído para eso como usted parece creer, más aún si los dos principales tienen nombre y apellido: Conga y Tía María, este último de propiedad de Southern, de la cual usted ha sido contratista hasta su designación, a través de la empresa PEVOEX SAC. El tema es transparente y no creo que exista un conflicto de intereses, sin embargo, la ignorancia y mala leche del Congreso prevaleció, y se le interpelará el 25 de marzo próximo.

Pareciera que para el MEF hay un antes y después de Tía María, empero, no le conviene impulsar un proyecto tan conflictivo en esta etapa inicial. Su rol fundamental es lograr que la minería se mantenga competitiva, atrayendo nuevos actores y promoviendo la exploración. Para ello, es indispensable reducir los requisitos ambientales; son excesivos, considerando que las perforaciones causan un daño mínimo al ambiente y, eliminar la consulta previa, el principal disuasivo de los inversionistas. Se generan expectativas altísimas en las poblaciones aledañas cuando la realidad es que desde la exploración hasta la explotación pueden pasar entre 10 a 15 años y solo 1 de 100 proyectos se cristaliza, además del inmenso costo que casi no se recupera.

La ampliación de Toromocho y la reposición de Antamina no son ningún mérito de su cartera, al contrario, las empresas han tenido que luchar solas contra esa absurda tramitología y falta de predictibilidad; cada permiso es un triunfo. La celebrada VUD, que tiene la virtud de interconectar a diversas instituciones para agilizar los trámites, solo ha sido implementada a nivel de exploración. ¡Hay que darle sentido de urgencia! Usted ha ofrecido, erga omnes, que recortará los procesos de cuatro años a menos de uno; bastante audaz de su parte, pero no debería parar hasta lograrlo.

En el PDAC, donde el Perú es una de las estrellas por el impresionante potencial minero, recientemente declaró que los peruanos están dando muestras de cambio en los aspectos sociales y políticos para brindar tranquilidad y confianza a los inversionistas y que sigan apostando por invertir en el Perú.

Toronto podrá estar a 8,000 kilómetros del Perú, pero esa lejanía no le da título para maquillar nuestra realidad. ¿Hay que vender el país? Si y ser absolutamente proactivos, pero ojo, los inversionistas, aunque estén en nuestras antípodas, no tienen que moverse de su escritorio para comprobar que el 2023 cerró con 220 conflictos sociales, un verdadero récord, la mayoría vinculados a la industria extractiva, especialmente en el corredor minero del Sur y, que tenemos un Congreso plagado de delincuentes que se llenan los bolsillos favoreciendo a la minería ilegal. Es un despropósito derogar la norma que facultaba a la PNP a enfrentar la tenencia ilegal de explosivos en personas con inscripción suspendida en el REINFO.

Allanar el camino de la sobrerregulación es su gran reto, pues ningún ministro de Energía y Minas se ha atrevido a enfrentarse al MINAM para defender a su sector y menos a Cultura, que llega a abusos inaceptables con las exigencias de los Certificados de Inexistencias de Restos Arqueológicos; es un verdadero lastre donde solo ganan los geólogos. La reestructuración de los procesos en esta etapa tiene que ser integral y valiente, los parches no funcionan ni compensarán por la negada inestabilidad.

Usted ha sido una carta ministerial por mucho tiempo y finalmente lo logró. Es su gran oportunidad de pasar a la historia como el ministro que se enfrentó al “monstruo”. Deje un legado trascendente, no se amilane ni se contagie de la mediocridad de sus pares.

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