Silvestri, ¿por qué no?

A las decisiones incomprensibles, apresuradas y hasta infelices de convertir a Reynoso y Fosatti en entrenadores de las “selecciones nacionales absolutas” cuyos sonoros fracasos nos reventaron en la cara, se suma en estas últimas semanas la postergación de nombrar un nuevo director técnico, cuando cada vez falta menos para el reinicio de las eliminatorias sudamericanas.
La verdad no debe extrañar en lo absoluto la suma de desaciertos que ha venido incurriendo esta federación, que cometió, entre otros, un mayúsculo desatino cuando no renovó la continuidad del profesor Gareca, a tal punto que Lozano ni siquiera se reunió con él en Buenos Aires para discutir personalmente su renovación enviando un mensaje denigrante para que terceros negociaran aquella permanencia.
La palabra dignidad creo que es innegociable cuando se trata de personas que saben darse el valor que les corresponde y no permiten que se juegue con su buen nombre y su mejor prestigio.
En el camino a contramarcha sin tener una segunda opción se canceló a Juan Carlos Oblitas como director deportivo, se produjo el alejamiento voluntario de Chemo del Solar aun cuando era previsible que esto podría ocurrir más tarde que nunca luego del papelón que hemos hecho en el sudamericano sub 20 donde hemos perdido los cuatro partidos sin mostrar colectivamente nada que destacar.
Una sola reflexión. Derrota allí de 4 a 0 ante Venezuela. Hace algunos años los titulares de los medios habrían calificado esa goleada como “humillante”. Hoy todo lo contrario. Es casi un hecho que calificamos como una “normalidad inimaginable” porque los llaneros nos han venido pasando por encima hace mucho rato, incluso en las eliminatorias del próximo mundial del 2026 donde tienen una expectativa cifrada en ganar un cupo y con ello a esta altura no se nos mueve un pelo que los venezolanos nos pinten la cara.
No faltaron luego del fracaso de la sub 20 aquellos “históricos” resentidos que privilegian la camiseta de sus clubes antes que la divisa nacional que salieron a decir tontería y media tratando de enlodar hasta al aporte de un grupo de jóvenes que defendieron con honor los colores nacionales.
Jugar frente a Bolivia y Venezuela por las eliminatorias sudamericanas, el próximo mes de marzo, tal como estamos, desarmados, en la cola de la tabla, con los abrazos abajo, y hacerlo sin director técnico nombrado, no es mala idea, más aún luego de los trascendidos que ponen de manifiesto que ningún entrenador serio podría asumir solo para dirigir los seis partidos restantes y sin esperanzas firmes de clasificar.
¿Por qué no? Para lo que significa haber cancelado cifras millonarias por los servicios de Reynoso y Fosatti como consecuencia de la ruptura de sus contratos es sin duda una solución que bien podría tomarse en cuenta. Hacerlo así nos encaminaría a un resultado honroso, conociendo como es rebelde el jugador peruano cuando se dan todas las circunstancias más negativas tal como las que vive hoy el fútbol peruano y cuyo único responsable es Lozano.
Mientras tanto esto ocurre, Perú se alista para el sudamericano sub 17 con Carlos Silvestri al frente del grupo de jóvenes. Silvestri que ha mostrado solvencia en varias experiencias podría ser el llamado para apagar el incendio de los mayores y no volver a poner en riesgo las cuentas de la FPF al convocar a un tercero con exigencias desmedidas, cuentas que han sido afectadas por errores descomunales que han dejado en la última lona a la entidad.

Por Bruno Espósito Marsán

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