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Sin rumbo…

Fecha Publicación: 11/03/2020 - 21:00
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Hablar sobre el desgobierno existente ya casi es una tautología porque ni se percibe gobierno como tampoco la ejecución de planes en función de políticas definidas, es decir, estamos, como lo venimos diciendo desde hace bastante tiempo, en nada. Lo único que viene sosteniendo al régimen es su pelea con el fujimorismo en alianza con el toledismo, caviarismo y humalismo, así como la actividad fiscal del caso Lava Jato basada al cien por ciento en la información que reciben de la corrupta Odebrecht, administrada con pinzas por ésta, ante la casi nula capacidad operativa de nuestra Fiscalía.

Ni mencionar obras públicas y menos la reconstrucción del norte ante el diluvio que se ha vuelto a desatar, esta vez golpeando más al sur y la selva del país, donde ni hubo prevención ni reacciones rápidas ante lo previsible del fenómeno natural, más aún si contamos con un súper satélite comprado a un exorbitante precio, dizque para prevenir desastres.

Mientras la ministra de Salud estaba en modo playa, nadie en el Ejecutivo alertaba a la población del azote infligido por el dengue que ya ha cobrado muchas vidas y menos sobre la saturación que esto ha provocado en los hospitales de las regiones afectadas y de la carencia de medicamentos, acciones de prevención e insuficiencia de personal médico.

El gobierno y todos los peruanos sabíamos que el coronavirus iba a llegar de todas maneras al país y que debía tenerse todo un plan ya estructurado, listo para funcionar, apenas se conociera del primer caso. No se hizo nada y no tenemos tampoco algo que nos permita dar respuestas rápidas pues ni se capacitó al personal médico, no se habilitaron mecanismos de detección en puertos y aeropuertos, no se establecieron equipos con personal médico para analizar muestras en casos sospechosos, pues todo tiene que ser remitido a Lima en donde al incrementarse los síntomas en mucha gente, la capacidad operativa iba a ser fácilmente desbordada como ya sucede a la fecha. Tampoco hubo una campaña educativa muy seria para preparar a la población con protocolos claros e inequívocos; jamás se trabajó en planes de contingencia para mitigar los efectos económicos ante la drástica reducción del turismo internacional y nacional.

Ya se canceló la vendimia, la festividad del Pisco, la Semana Santa en Ayacucho, la posible suspensión de clases, la probable disminución del consumo en eventos masivos, en restaurantes, en cines. No hay nada.

Al presidente no se le ocurrió mejor idea que ser la estrella tocando la campana con el anuncio del primer caso de infección con el coronavirus y nos dijo que confiemos en nuestro sistema de salud, sabiendo que este no servía para casi nada. Ante el desastre que ojalá no se haga realidad, el presidente no ha tenido idea más brillante que comunicarnos que la pena de muerte está en agenda, en evaluación. Puro populismo cuando en las calles los que mandan son los delincuentes. Lamentable situación. Ahora el nuevo Congreso parece que no tendrá junta de voceros en el local legislativo sino en Palacio de Gobierno.