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Sin sombrero, sin vergüenza y sin futuro

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Fecha Publicación: 01/03/2022 - 22:10
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En diferentes ocasiones hemos sido testigos de momentos que han pasado a nuestra historia como hechos imborrables, donde lo que sea que haya ocurrido fue de tal impacto, de trascendencia nacional o hasta anecdótico. Cómo olvidar cuando nuestro tan polémico expresidente Alan García decidió no pagar la deuda externa, aislándonos totalmente del sistema financiero internacional; o cuando don Alberto Fujimori disolvió el Congreso, hecho que pude ver por la señal de Panamericana televisión y me quedó hasta ahora la imagen de un tanque militar acercándose a palacio, ni qué decir cuando salieron los “vladivideos”, que generaron la renuncia del presidente desde fuera del país... Así podemos narrar unos cuantos varios hechos de nuestra pintoresca historia gubernamental.

Algo que ha venido ocurriendo en los últimos años es que por diversos medios, la tecnología ha ayudado a captar momentos de corrupción que, acompañados del activo trabajo de la prensa, han puesto en evidencia a presidentes, congresistas y funcionarios públicos en general, generando acciones correctivas y reacciones en el momento que cambiaban el rumbo de la historia; cuando se detectó “EL CLUB DE LA CONSTRUCCIÓN”, cuando se detectaron los “VÍNCULOS DE PPK”, o las evidencias de “CHINCHERO Y VIZCARRA”, así tantas otras perlitas que generaron respuestas inmediatas, renuncias, vacancias y demás.

Desde antes que el señor Pedro Castillo asuma la presidencia de nuestro país el pasado 28 de julio, venía con un camino plagado de denuncias por fraude electoral, por muchos medios se probaron estos hechos, pero fue un proceso electoral tan polarizado (considerando también el antivoto de Keiko) que siempre estaba la suspicacia de que era un montaje de la derecha abusiva para evitar que el humilde profesor de provincia llegue al poder. No deja de parecerme alucinante cómo es que tantos factores se alinearon para que, finalmente, Pedro Castillo sea presidente, pero allí cerramos la parte electoral y empezamos a medir su gestión como presidente.

Señores, no sé ustedes, pero yo no logro entender cómo es que seguimos sosteniendo un gobierno con tantos escándalos de corrupción alrededor, hechos probados, otros tan evidentes que ni pruebas necesitan, situaciones tan absurdas como viajes “de vacaciones” de la familia presidencial a Suiza o paradas técnicas en Panamá del presidente (ambos paraísos fiscales); ni qué decir de elegir otro lugar distinto a Palacio para despachar... ¿Así, o más descarado?

Los últimos sucesos terminan de poner la cereza al pastel, las declaraciones de Karelim López vinculando directamente al presidente Pedro Castillo en actos de corrupción sólo terminan por coronar el primer año más vergonzoso de cualquier mandatario de nuestro país. Una vez más, señor Presidente, no sea sin vergüenza y váyase. Esto ya es demasiado.

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