Sinceramente, ¿alguien aún lo defiende?
Una semana más, el tráfico igual de congestionado, las conversaciones regresaron a fútbol, política y religión, todos de nuevo preocupados por las reuniones propias del trabajo del día a día, los emprendedores buscando la consolidación de su “start up”, los empresarios pensando en llegar a fin de mes y así, todos seguimos con la cabeza dentro de la pecera. A veces pienso que debo concentrarme únicamente en empujar los proyectos personales en los que estoy abocado, cumplir mis propósitos empresariales y preocuparme exclusivamente en mis acreedores; pero me es inevitable levantar la mirada y ser testigo, una vez más, que nos pisan la cabeza y no hacemos nada al respecto.
Cuando dedicaba mi tiempo a asesorar empresarios, generalmente la raíz de todos sus problemas eran por temas muy evidentes, tan pero tan evidentes, que no los veían; y es que es increíble cómo el ser humano naturalmente puede elegir y no ver algo que tiene frente a sus ojos; señores, insisto, lo que vivimos hoy como país no es un problema ideológico, porque al final la ideología se materializa en cómo se administrarán los recursos del Estado; aquí estamos frente a un problema de carencia de moral y abundancia de indiferencia; rentablemente nadie reacciona hasta que lo tocan realmente, yo aplaudo a quienes con camiseta de Perú y bandera en mano salieron hace 2 semanas a marchar en nombre de la democracia... ya, ¿Y? ¿Qué ha cambiado?
El problema persiste, la incompetencia que nos gobierna sigue haciendo gala de sus enormes cualidades de gestión, ahora no hay ni vergüenza para robar. Señores, somos un país MAYORITARIAMENTE EMPRESARIO, y esto lo sé por datos muy simples, menos del 30% de nuestra economía es formal, el resto es informal, eso significa que casi tres cuartas partes de nuestro país está acostumbrado a buscarse día a día los ingresos para vivir.
Somos un país que vive principalmente del comercio, y no hablo de macroeconomía, hablo del día a día. Dejemos de mirar el árbol, dejemos de preocuparnos por cada frase bizarra que suelta nuestro penoso mandatario, NO ESPEREMOS A QUE SEA DEMASIADO TARDE, los llamados a velar por este país luchador que hagan algo de una vez por todas, dudo que a estas alturas, genuinamente, alguien apoye la gestión de este señor. En el mundo corporativo muchas veces por no botar a alguien se toman ene medidas y a la larga fue más el tiempo y el dinero perdido, aquí no hablamos de una empresa, hablamos de nuestro país; una vez más, señor presidente, ¡renuncie ya!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.