Sirviendo al público

Por César Alfredo Montes de Oca Dibán

Próximos a determinar quiénes van a ser los elegidos para administrar los servicios públicos de nuestras localidades, resulta necesaria hacer una toma legal de esta materia para conocer determinados aspectos al respecto.

Señalemos que los servicios públicos son las actividades o servicios que se brindan a las personas, para la satisfacción de determinadas necesidades. Son ofrecidos por la administración pública o, eventualmente, por un particular bajo contrato, con supervisión estatal. Nuestra legislación no es precisa en una definición específica.

La historia de suministros públicos a la comunidad se remonta a la antigüedad, con los baños públicos donde el agua era llevada por los famosos acueductos; y, también, con los sistemas de cloacas en el Imperio romano. Es conveniente, sin embargo, pasar a la edad moderna, ya que, con la Revolución francesa, los ciudadanos toman el control del aparato estatal y lo ponen al servicio de todos.

Así fue como se crearon organismos estatales destinados a prestar facilidades a toda la población -incluyendo visitantes-, que posteriormente se llamaron servicios públicos concordantes con la finalidad misma de la administración pública.

Esta administración pública, como es sabido, se ejerce en determinados niveles y uno de ellos es la gestión municipal, con autoridades que son elegidas para representarnos y promover una adecuada prestación de los servicios públicos. Adecuada por dos consideraciones básicas: cumplir con un estándar mínimo de calidad y para todos los vecinos.

La Constitución vigente, en el artículo 195, precisa que los gobiernos locales promueven la prestación de los servicios públicos bajo su responsabilidad, la que se encuentra señalada en el artículo 73 de la Ley Orgánica de Municipalidades, que establece las áreas funcionales que son competentes.

De esta forma, los servicios prestados por las municipalidades son, en forma general, referidas al saneamiento ambiental y salubridad (limpieza de calles, recojo de basura o, mejor dicho, manejo de residuos sólidos), transporte (señalización y autorizaciones de tránsito), cultura, deporte y recreación (casas de la cultura, bibliotecas, losas, coliseos, parques), abastecimiento y comercialización de productos (mercados y negocios), registros civiles (nacimientos, matrimonios, defunciones), y por último -uno crucial y esencial- la seguridad ciudadana (serenazgo).

Mañana se llevarán a cabo las elecciones regionales y municipales en todo el país. Durante la campaña electoral se han escuchado ofertas “al por mayor”. Ahora es nuestra oportunidad de saber elegir a quiénes, estimamos, podrán administrar de manera eficiente los servicios públicos en la jurisdicción donde vivimos, y que son tan necesarios para realizar nuestras actividades del día a día.

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