Situación límite
Han pasado, prácticamente, tres semanas desde que se inició el culebrón de los relojes “ROLEX” y demás lujos de la Sucesora Presidencial y continua haciendo mutis. Para colmo, al sospechoso asunto relojero se ha sumado más de un millón de soles de “origen desconocido” reportado por la UIF y el enredo de las cuentas del Club Departamental “Apurímac” cuyas explicaciones no terminan de calzar ni convencer. El bolondrón, no ha hecho más que crecer diariamente debido a la renuencia de la jefa de Estado a aclarar o desmentir oportuna y debidamente el destape optando, en cambio, por refugiarse cual víctima en que todo es parte de una campaña sistemática en su contra que busca desestabilizarla y de paso a su Gobierno.
A mediados del mes pasado, lo que pudo parecer una revelación periodística más se convirtió en una investigación fiscal preliminar por presunto enriquecimiento ilícito que la Mandataria no ha hecho otra cosa que avivar con su mentira inicial, contradicciones posteriores, inconcurrencia a las diligencias y un pedido de reprogramación de la citación hasta por dos semanas. Legalmente, doña Dina –como cualquier investigado– tiene todo el derecho a no auto incriminarse y dilatar el procedimiento con articulaciones pero, políticamente, en estas circunstancias no le vale la presunción de inocencia ante la opinión pública. Y de poco le sirvió ya que el Ministerio Público calificó su conducta de rebelde y el Juez competente ordenó, con arreglo a ley, la actuación de las medidas de allanamiento –con descerraje de ser necesario–, registro e incautación de bienes en su domicilio y en el Despacho Presidencial. En el primero, sin duda, se puede cuestionar la forma aparatosa en que se llevó a cabo y que debió evitarse, más no su legalidad ni el éxito del mismo que confirma la existencia de la joya horológica; en el segundo, se evidenció el gusto de la Mandataria por los relojes aunque los hallados en Palacio de marcas de bastante menor valor no resultan de mayor importancia en la etapa indagatoria.
Una pena para el país que sufre este espectáculo que, nuevamente, da la vuelta al mundo y que, más allá de si nació por un complot o por una mano negra, doña Dina pudo cortar de cuajo poniéndose inmediatamente a derecho y diciendo la verdad. Ahora, con el escándalo encima no la ha quedado otra que solicitar su inmediata declaración ante la Fiscalía y a ver si puede dar la hora y salir del embrollo que, por cierto, viene afectando gravemente la gobernabilidad y marcha del país. Para remate, justo hoy el Presidente del Consejo de Ministros se presenta en el Congreso para exponer y debatir la Política General de Gobierno y plantear la cuestión de confianza parlamentaria que requiere el Gabinete. Vaya peliaguda coyuntura la que vivimos. ¡AMÉN!
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