Sobre la razón y la felicidad

Emanuel Kant, el gigante de la filosofía universal. decía que la felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación. Hay quienes se sienten hoy felices por el solo hecho de creer que saben mucho. Es común confundir lo que es inteligencia con información. El saber mucho no significa necesariamente ser inteligente. Es necesario tener criterio y juicio para manejar el cúmulo de información que se nos brinda, las redes que proviene de anónimos o personas y por fuentes desconocidas
Las facultades del ser humano son la inteligencia y la voluntad. Ambas tienen que funcionar en armonía para que una persona pueda vivir en paz encontrando la siempre escasa felicidad que se puede conseguir en la vida. Y esto se puede lograr con razonamientos propios que no sean la repetición de ideas de otros. Nuestra verdad nos hará libres
Pero hay intentos que van más allá del razonamiento. La utopía es un proyecto, deseo o plan ideal, atrayente generalmente para la comunidad. Que es muy improbable que suceda aun cuando incluso en el momento de su formulación aparece como irrealizable. Pero la imaginación siempre ha sido más grande que cualquier circunstancia
Ha aparecido, como doctrina psicológica, el llamado Voluntarismo opuesto al intelectualismo, que considera la voluntad como la actividad esencial de la especie humana, de la cual dependen todas las demás y especialmente las intelectivas. Ante muchas carencias en nuestra sociedad hoy también se habla del Transhumanismo como un movimiento ideológico que defiende la mejora de las capacidades físicas, intelectuales y psíquicas del ser humano mediante el uso de tecnología y métodos científicos. El transhumanismo propugna el uso de la manipulación genética y la nanotecnología como métodos para mejorar a las personas.
El ser humano, en distintas ocasiones, ha querido encontrar la felicidad en sí mismo o como consecuencia del desarrollo de sus facultades y solo pocos admiten que lo han logrado. La pobre naturaleza humana nos hace creer en una suerte de endiosamiento del hombre gracias a la ciencia y al desarrollo de la técnica. La llamada Inteligencia Artificial a pesar de sus riesgos nos cautiva
Esa sensación de felicidad crece o se abre espacio gracias a la virtud de la esperanza que nos lleva un campo casi sublime mucho más grande en que se une lo real con la interpretación que puede hacer cada uno de ello. Ello es consecuencia del talento humano, que nos promete y nos hace alcanzar el mayor grado de felicidad que pueda existir si es que nosotros sabemos vivir en armonía con el conocimiento. La literatura, ayuda mucho en estos afanes. Ello es lo que me alienta a seguir escribiendo y quizá es la razón por la cual he dejado de publicar libros de texto para -ahora que en esta semana cumplo 77 años de edad- escribir promoviendo un mundo del recuerdo y la imaginación aun vigente . Esto lo testimonia mi reciente libro en que he seleccionado 111 anécdotas de un Embajador.

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