Sobrevivir hasta el 2026

A estas alturas, es evidente que la tercera moción de vacancia por incapacidad moral permanente no tendrá éxito alguno. Ya los legisladores oficialistas se alinearon y anunciaron que votarán en contra de la destitución de Pedro Castillo. El voto a favor de admitir el pedido de vacancia de ciertos perulibristas solo fue para exigirle a la organización criminal enquistada en el Gobierno algún puestito de trabajo para sus familiares.

Además, estos angurrientos se han quedado tranquilos con la decisión del Tribunal Constitucional que evita que el Ejecutivo cierre el Parlamento si se rechaza una nueva cuestión de confianza. Es solo una excusa eso de que no apoyarán la vacancia porque la Mesa Directiva del Congreso, encabezada por José Williams, adelantó la fecha para el debate y votación de la solicitud, afectando la semana de representación.

A Castillo, investigado por la Fiscalía por ser el presunto cabecilla de una organización criminal, le resbalan las acusaciones que puedan seguir saliendo en su contra. El supuesto profesor se ha convertido, gracias a los dos intentos frustrados para destituirlo y la endeble denuncia por traición a la patria declarada inconstitucional, ¡en una miserable víctima!

Por lo pronto, la única salida para defenestrar al chotano es suspenderlo por incapacidad temporal, para que la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, dicte contra él alguna medida restrictiva a fin de evitar que siga obstruyendo la justicia. Pero esta nebulosa alternativa podría ser declarada ilegal por el TC, con lo que la piel de chancho de Castillo se haría más gruesa.

La tercera moción de vacancia presidencial es sólida como una roca al recoger las designaciones cuestionadas, serios indicios de corrupción, faltas éticas y vulneración al principio de separación de poderes, mas su destino es fracasar porque simplemente no existen los 87 votos para su aprobación. Así de simple y lamentable.

Solo queda, entonces, sobrevivir hasta el 2026, mientras tenemos a un sindicado corrupto sentado en el sillón de Pizarro y a una mayoría de ineptos exprimiendo las gollerías que han logrado con sus curules. Me disculpo por el pesimismo, pero no hay señas que me hagan pensar lo contrario.

Y hablando de quienes tragan y comen de lo lindo con nuestros impuestos, se confirmó que el Grupo de Alto Nivel de la OEA solo llegó al país para recomendar lo obvio: “diálogo” y “tregua política” entre el Ejecutivo y Legislativo. El problema, señorones, es que con una banda criminal no se conversa, sino se le enjaula.

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