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Solemnidad de la Santísima Trinidad

Fecha Publicación: 15/06/2019 - 20:30
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Queridos hermanos, hoy celebramos la liturgia del Domingo de la Santísima Trinidad. La primera lectura, del Libro de los Proverbios nos habla sobre la sabiduría de Dios: “Cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres”. Esta lectura nos muestra que poseer sabiduría da al hombre felicidad. La sabiduría divina se encarna en Jesús de Nazaret en la historia de salvación del hombre.

Respondemos a esta lectura con el Salmo 8: “Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo”. Dios ha hecho que todo ser esté sometido al hombre, esa es la sabiduría que procede de Dios.

De la Carta a los Romanos es la segunda lectura, y nos habla de esta manera: “Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios”. Hermanos, el hombre cristiano se gloria en el sufrimiento porque allí habita Dios y es lo que nos lleva a alcanzar la sabiduría divina. Hermanos, qué alegría que ese Dios que se ha hecho carne, a través de Jesús lo podemos tocar, saborear y experimentar. Prueba de ello, es el discernimiento porque el Espíritu Santo ha sido derramado en el hombre.

El Evangelio de san Juan nos dice: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso, os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará”. Dios no se ha marchado de la tierra, ha dejado su Espíritu que nos conduce a la verdad plena. ¿Qué es del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? Es símbolo de una familia que vive en comunión, la unidad y el amor. Esto es lo que necesita mostrar hoy, la Iglesia en la familia cristiana, así el mundo será un lugar en el cual Dios actúa.

¡Ánimo, hermanos! Dios quiere actuar en tu vida y en la mía. Dejemos que lo haga. Que la iniciación cristiana habite en cada uno de nosotros.