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Solo y mal acompañado

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Fecha Publicación: 20/08/2019 - 21:50
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“No tenga miedo de gobernar”, le dijo el presidente del Parlamento, Pedro Olaechea, al mandatario Martín Vizcarra, quien ha demostrado su total incompetencia para manejar el Perú y pretende saltar del barco.

Olaechea, a diferencia del vizcarrista Daniel Salaverry (¿acaso el próximo candidato del Gobierno?), exigió al jefe de Estado que se rectifique por lo manifestado cuando pactó revertir la licencia de ‘Tía María’ con las autoridades arequipeñas. “Si ustedes ven que en un mes yo no cumplo, ahí hagan una medida radical”, fueron las irresponsables palabras del dignatario.

Los “audios de la vergüenza” serían motivo de renuncia -o de vacancia- en un país medianamente civilizado. Hablamos de un presidente que subrepticiamente ofreció apoyo técnico a radicales antimineros para anular un permiso legalmente obtenido por la empresa Southern Copper.

Como eso no va a ocurrir, vayamos a lo que ha pasado con Martín Vizcarra en los últimos días: se ha quedado solo y mal acompañado.

Los congresistas Mercedes Aráoz (también vicepresidenta de la República), Carlos Bruce y Ana María Choquehuanca renunciaron a la bancada oficialista de Peruanos por el Kambio, asestándole un certero golpe al Gobierno.

Para evitar su disolución, PpK tuvo que incorporar de emergencia a sus filas a la cuestionadísima Yesenia Ponce, quien, de acuerdo a material difundido por ‘Cuarto Poder’, se ufanaba de su estrecho vínculo con Vizcarra. Sobre esto último, incluso, circula un documento que, de ser real, demostraría un negociado por obras públicas entre ambos.

Bruce ha dicho que Vizcarra es una especie de “autócrata”, que gobierna con un círculo pequeño. Se refiere, por supuesto, a sus asesores Miriam Morales y el peronista Maximiliano Aguiar. Según ‘Panorama’, Morales estaría detrás de la suspensión de ‘Tía María’; mientras que Aguiar -y esto es harto conocido- promueve la confrontación con el Congreso.

Por culpa de este dúo, a partir de la nefasta experiencia en valle del Tambo, vienen estallando otros conflictos sociales en Moquegua y Piura, por lo pronto. Este tándem, si bien ha conseguido que el jefe de Estado logre alta popularidad en las encuestas, ha provocado, a su vez, prácticamente una recesión económica: hemos crecido solo 1.73 % en la mitad del año. La pobreza, señores, no se reduce con cuestiones de confianza.

Este Parlamento no ha sido para nada obstruccionista con Martín Vizcarra: le aprobó presupuesto, facultades legislativas y sus proyectos de reforma política-judicial casi con puntos y comas. Vizcarra, sin embargo, enfrenta al impopular Legislativo con la calle que exige su cierre.

Esta calle, a la que el Presidente escucha, también pide la pena de muerte o no pagar impuestos, por ejemplo. Martín Vizcarra cree que su gobierno está respaldado por el clamor popular; desconoce, no obstante, que lo avala el odio popular, el mismo que terminará crucificándolo como lo hizo con presidentes más populares que él y que sí tenían obras que mostrar.