Soluciones fáciles, consecuencias graves: la mala planificación del Gobierno que sacrifica la educación

Cada vez que ocurre un evento importante o se presenta una situación excepcional en Perú, el gobierno parece recurrir a soluciones superficiales que a menudo afectan a los sectores más vulnerables. La reciente decisión de cancelar las clases presenciales en Lima Metropolitana y en las provincias del Callao y Huaral debido al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) es otro ejemplo de cómo la educación de los niños queda relegada por decisiones de último minuto que buscan minimizar el problema en lugar de resolverlo. Al enviar a los estudiantes a casa y migrar las clases a un formato virtual sin asegurar una logística adecuada, el gobierno refleja su falta de compromiso con el desarrollo educativo, priorizando salidas rápidas sin considerar las consecuencias a largo plazo.
El sistema educativo en Perú aún enfrenta grandes desafíos para implementar la educación virtual de manera efectiva. Muchos estudiantes carecen de acceso a internet, computadoras y espacios adecuados para estudiar en casa, ya que sus familias no pueden cubrir estos costos. Esto no solo genera brechas de aprendizaje, sino que también transmite el mensaje de que su educación no es una prioridad para el país.
Cada vez que se opta por esta salida fácil, el sistema educativo retrocede, y la brecha en el aprendizaje de quienes más lo necesitan se amplía. Parece que la educación de los niños fuera una variable flexible que se puede adaptar o pausar según la conveniencia. Además, muchos estudiantes dependen del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) Qali Warma, que distribuye alimentos en las escuelas públicas para asegurar que reciban al menos una comida nutritiva al día. La cancelación de clases significa que los estudiantes de las zonas afectadas no tendrán acceso a este programa, lo cual impacta directamente en su nutrición y bienestar. La educación y la alimentación de los niños no deberían verse comprometidas por decisiones improvisadas.
Es evidente que la falta de planificación estructural afecta la educación y el bienestar de los niños y adolescentes, quienes sufrirán las consecuencias de estas decisiones en el futuro. La organización de eventos internacionales como el APEC es una oportunidad para mostrar a Perú en el escenario global, pero no debería lograrse a costa de la educación de los estudiantes. La falta de planificación y el uso de soluciones fáciles, como enviar a los escolares a sus casas, demuestran un enfoque superficial que ignora las necesidades reales de la población. Perú necesita una administración que valore la educación y el bienestar de los niños como una prioridad, y que sea capaz de tomar decisiones con un impacto positivo y duradero, no solo para la imagen del país, sino para el bienestar de sus ciudadanos.
@sandrostapleton

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.