Somos más, pero los que chambean son menos
Las cifras oficiales del INEI correspondientes al empleo a nivel nacional indican que este aún no se recupera a los niveles existentes antes de la pandemia. No sólo por la crisis sanitaria, sino también por la impericia gubernamental, y aún no se ha recuperado más de un millón de “empleos adecuados”, pese al publicitado “rebote” del PBI de 13.3% en el 2021.
“Empleo adecuado” es aquel en el que se trabaja por encima de las 35 horas semanales con ingresos mayores al mínimo. En el periodo diciembre 2019-diciembre 2021, estos puestos de trabajo bajaron de 8.5 a 7.5 millones.
Como el cangrejo, hemos retrocedido al número de empleos adecuados que existían hace siete largos años (2015), con el agravante de que en que los últimos siete años el número de peruanos en edad de trabajar (PET) ha crecido en más de dos millones, pasando de 23.2 a 25 4 millones. Somos más, pero los que chambean cada vez son menos. El ratio de empleos adecuados sobre el PET ha caído de 37% a 30%. Y así sueña el Gobierno en ingresar a la OCDE.
Lo que sí se ha disparado a lo largo del país es el “cachuelo” (subempleo): ha subido en casi un millón de personas (de 4.9 millones a 5.8) el número de aquellos que “chambean” en una jornada menor a 35 horas semanales y ganan menos que el sueldo mínimo. Ganan para poder comer y punto.
Pese a esta dolorosa realidad, a Pedro Castillo no se le ocurrió otra cosa más que ofrecer “200 mil puestos a través del Programa Trabaja Perú”. Lo magro de la cifra revela que el Presidente no entiende la magnitud de la crisis en el empleo, ni tiene el menor atisbo de lógica reactivadora de la economía o generadora de empleos. Solo se le ocurre recurrir a un raleado asistencialismo.
No menos alarmante es el hecho de que el ingreso promedio de los trabajadores en este mismo periodo (dic19-dic21) haya caído en 25%, expresado en dólares. Era de S/ 1,595.40 (US$ 481.99), mientras que ahora es de S/ 1,447.70 (US$ 362.83). Gracias al boom minero, sus trabajadores son los mejor remunerados, con ingresos promedio de S/ 3,289.40 (US$ 824.41), pero, aun así, perciben 24% menos de lo que recibían en el 2019 (S/ 3,594.60). Ya no alcanza para el té, menos para las galletas.
Ante este desolador panorama, la “fantasmal CGTP” propone una marchita el jueves 7 de abril, exigiendo a su camarada presidente “el reajuste del sueldo mínimo -que hace cuatro años (21/3/18) PPK elevó a S/ 930 (y según el BCR, debería reajustarse a S/ 1,200)-, exoneración de horas de compensación a los trabajadores vulnerables por motivos de la covid-19, eliminación del régimen CAS, incremento de pensiones, así como una reforma integral del sistema nacional de pensiones y de EsSalud” (16/3/22).
Dado que el empleo depende de la inversión, que el BCR prevé un crecimiento 0% de la inversión privada en el 2022, la inversión pública viene cayendo por cinco meses consecutivos octubre 2021-febrero 2022 y la inflación no da tregua, la población va a explotar.
Habría que recordar que un país no es rico por el oro o el cobre que guarda en sus entrañas, sino por lo que produce. Hay alguien en la Plaza de Armas que está haciendo más pobre a un país al que creía rico.
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