ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”

Imagen
Fecha Publicación: 01/10/2022 - 22:00
Escucha esta nota

Queridos hermanos:
E stamos en el Domingo XXVII del Tiempo Ordinario. Hoy la palabra de Dios nos va a hablar de la fe. Ya el profeta Habacuc, que fue contemporáneo del profeta Jeremías, profetizó en Israel a inicios del siglo VII antes de Cristo, nos dirá: el justo vive de la fe, pero ¿hasta cuándo Señor te pediré auxilio? ¿Por qué no hago más que ver crímenes, opresiones, destrucción, violencia, disputas, contiendas? Es lo que estamos viviendo hoy día continuamente, porque aparece en el hombre, como dice muy bien Habacuc, un corazón altanero, de prepotencia. Hermanos ¿que nos ha mostrado la pandemia? Nos ha mostrado que somos hombres pobres y que necesitamos la gracia de Dios que nos da el don de la fe, y gracias a este don podemos tener vida, es decir, tener alegría, que es para lo que ha creado Dios al hombre, para vivir, y no para la violencia, y no para la explotación.
Por eso respondemos con el Salmo 94: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, y no endurezcáis vuestro corazón”. ¿Cómo se endurece el corazón del hombre? Con el amor al dinero, al mundo. Entremos en la presencia de Dios dándole gracias, postrémonos por tierra, es decir, humillémonos y sepamos quiénes somos, cuál es nuestra realidad.
La segunda Palabra de la Misa es de San Pablo a Timoteo: “Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor, de templanza”. Hermanos, ¿hoy qué vemos los cristianos? Estamos dormidos, somos cobardes, no confesamos la fe; y esto nos falta porque no hay testimonio. Por eso dice San Pablo: no te avergüences de dar testimonio de Jesús y tampoco tengas miedo a padecer por el Evangelio. Padecer por el Evangelio es una alegría inmensa, es una gracia inmensa. Y termina diciendo la Palabra: ten por modelo a la Palabra sana que has oído de mí. Dios nos invita a no tener miedo, a exponerse, como ha hecho Jesús.
El Evangelio es de San Lucas donde dice que los apóstoles le dijeron al Señor: Señor auméntanos la fe. Esto es lo que tenemos que pedir hoy al Señor, no que nos suban el sueldo, no el tener cosas y propiedades, sino tener fe. Si tuvieras fe, dice el Señor, como un granito de mostaza, que es la semilla más pequeña que hay, diríais a esa morera: arráncate de raíz y plántate en el mar. Fíjense que es una exageración plantar una morera en el mar, pues igual habla el Señor: Pedid fe, que aumente la fe. Y cuando tengas fe, sed agradecidos. Hermanos, cuántas cosas nos ha dado Dios y no somos agradecidos. Y Jesús pone un ejemplo del criado frente a su señor. Es muy importante estar agradecido, ir detrás de Dios, “al toque”, al momento; y ponernos a su servicio. “Y cuando hayáis hecho todo lo que os he mandado, decir: somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”. Por eso hermanos, no nos apropiemos la gloria de Dios y los milagros que Dios ha hecho delante de nosotros. Somos siervos inútiles, hermanos. Dios nos llame a evangelizar la tierra. ¿Con qué medios? Con la fe, sin medios económicos, sino con la fe puesta en Jesucristo; y Él proveerá, Él sabe lo que necesitamos. Fiémonos del Señor, entremos en su servicio, en la historia de salvación que Él ha pensado para cada uno de nosotros y, al final, digamos, como dice el Evangelio: “Siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
Pues bien, hermanos que el Señor os bendiga y podáis transformar, con ayuda de la Palabra de este domingo, vuestra familia, vuestro ambiente; para dar Gloria a Dios.
Y la bendición de Dios este con todos vosotros.
Mons. José Luis del Palacio
Obispo E. del Callao

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.