Sopesando prioridades
En esta columna, publicada la semana pasada, expresamos nuestra preocupación por la falta de deslinde ideológico que debió hacer la señora Boluarte en su mensaje de Fiestas Patrias, con el contenido políticamente ultra y con una diplomacia hacia el chavismo, del denominado Plan de Gobierno de Perú Libre que llevó a Pedro Castillo al poder con su vicepresidenta, hoy jefa de gobierno.
Traemos a colación esa preocupación porque, al no haber definido tampoco una línea de política internacional para materializar la gran inversión privada que requiere nuestro país para el desarrollo de megaproyectos dejó en ese vacío la incertidumbre sobre la ubicación del Perú entre el G7 y el BRICS, o con uno o con el otro, o con ambos, pues no podía desconocer el gobierno la guerra económica mundial que se está desarrollando en estos tiempos.
El tema de la Amazonía, sus problemas y los intereses que sobre ella tienen las grandes potencias y la deforestación que llevan adelante, sin ningún control, los que actúan dentro del marco de la ley y los ilegales también, no solo no se han frenado con acciones concretas, no se ha diseñado el desarrollo amigable de infraestructura vial y comercial con financiamiento del mundo financiero global, ni el Perú tiene una política definida al respecto, así que poco o nada se podía lograr en el foro al que asistió nuestra presidente.
La urgencia de concurrir a esa reunión de presidentes en el Brasil teniendo como anfitrión al presidente Lula, máximo mentor del denominado Foro de Sao Paulo, tiene que generarnos una legítima desconfianza, tanto más que también allí concurrieron los impulsores del llamado socialismo del siglo XXI por su pertenencia a la Amazonía, allí estuvieron representantes de la Venezuela de Maduro, el presidente Petro de Colombia, el presidente de Bolivia, entre otros, con nuestra mandataria la señora Boluarte.
Mientras nos quedamos con la duda y la sospecha razonable sobre el rumbo de nuestra diplomacia, aquí en el país, el Congreso se ha convertido en tierra de nadie donde su presidente tiene tantas denuncias que no tendrá tiempo para su labor legislativa, sino para enfrentar cada uno de sus casos y las denuncias que se le avecinan, los grupos parlamentarios se resquebrajan donde ya no existen ideas comunes sino masivas renuncias con denuncias recíprocas que marcan la inexorable ruta de descalabro en ese poder del Estado.
El sistema de justicia no tiene respuestas eficaces en los casos emblemáticos y cada día que pasa se percibe un incremento de su deterioro en credibilidad y eficacia.
Como siempre, la denominada camarada “Vilma” lanza sus arengas desde el Vraem marcando la ruta del violentismo con métodos y objetivos concretos, con lo que se demuestra que las movilizaciones se han convertido en máscaras de un neoterrorismo financiado desde la zona cocalera más grande del país, en donde, al parecer, ya no tenemos remanentes sino una sólida organización terrorista.
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