Soy San Juan de Lurigancho y tengo mi propio mall
La única forma de lograr el progreso y crecimiento es generando riqueza. ¿Quiénes la generan? Los empresarios, los inversionistas, los emprendedores. Esa generación de riqueza necesita una mano de obra para ser una realidad y sostenible. ¿Cómo le llamamos? Generación de oferta de trabajo. El trabajo, queridos lectores, es la única manera de salir de la pobreza. Es la única forma de hacernos responsables de nosotros mismos. Es el motor que mueve al país y sus procesos. La empresa, nuestros emprendedores y los trabajadores son los que sostienen, mueven y generan crecimiento en el país entero.
San Juan de Lurigancho ha sido un distrito marginado, visto con recelo y puesto en la última cola de las prioridades sociales y de la responsabilidad del Estado. El distrito más populoso de todo el continente americano ha sido tratado como uno de tercera categoría por muchos años, hasta que llegó el Metro de Lima. Puedo asegurar que esta obra trajo un dinamismo económico y social a San Juan de Lurigancho, inaugurado hace 12 años por el expresidente Alan García y hoy, es principal transporte de los vecinos de SJL y de aquellos otros que desean ingresar al distrito. La delincuencia es una consecuencia de la falta de empleo.
Doce años después de esta primera obra que le dio sentido a San Juan de Lurigancho, el pasado 30 de noviembre, se inauguró el primer súper centro comercial, Mall Aventura, en toda la historia del distrito. Recordemos que a finales de 1999, se inaugura el primer Metro en SJL y 12 años después, Supermercados Peruanos, dueños de Plaza Vea, decide abrir su primera tienda en San Juan de Lurigancho. Este distrito ha tenido un proceso de crecimiento que se ha duplicado en dos décadas. Cada empresa que ha ingresado al distrito ha generado oportunidades de trabajo. Con el trabajo se genera riqueza y con la riqueza se genera trabajo. La delincuencia es una consecuencia de la falta de empleo.
Ahora bien, a pesar de la delincuencia, siendo visto como el distrito más inseguro de Lima y con un porcentaje de pobreza que está cerca del 24%, contra todos estos problemas; el distrito logró atraer la inversión de grandes capitales e importantes marcas. Eso, amigos lectores, es generación de trabajo. La delincuencia se combate con un sistema de seguridad y decisión; pero lo más importante, se combate con trabajo. Sin trabajo creamos personas frustradas y estresadas, que no pueden pagar sus responsabilidades como miembros de una sociedad. Creamos ciudadanos resentidos con el sistema porque no salen de una rutina desgastante.
Por tal motivo, sin un líder que pueda entender que el Perú está hecho para generar inversión y no problemas, seguiremos colgándonos y arañando esa bonanza económica que logramos en la segunda década de la década de los 2000. San Juan de Lurigancho es la muestra de que el sector privado sabe que puede seguir apostando por nuestro mercado interno. ¿Qué debemos hacer? Incrementarlo y exponerlo al mundo. La delincuencia es una consecuencia de la falta de empleo.
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