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Sugerencias para las elecciones generales, en época de crisis

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Fecha Publicación: 18/12/2022 - 23:00
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Luego de la votación en el Congreso, respecto al adelanto de las elecciones generales, y en vista del riesgo al que el pueblo peruano se expone por los resultados de los innumerables actos de violencia que ya han enlutado a más de 23 hogares, así como los comentarios de los diversos analistas políticos, cuyos diagnósticos pueden tener variados enfoques, considero pertinente y necesario proponer algunos caminos para encontrar la solución más inmediata que nos permita salir de la crisis en la que nos encontramos.

Para el efecto, en primer lugar, se requiere plantear varias consideraciones generales que deben de tomarse en cuenta para lograr alcanzar el número suficiente de votos congresales a favor del adelanto de elecciones generales extraordinarias. Y estas son las siguientes:

1. El clamor ciudadano, según se percibe, es de que se necesita una rápida renovación de la Presidencia de la República y de los integrantes del Parlamento.

2. La brevedad para alcanzar el objetivo de la población necesita que la voluntad política de los congresistas, así como de los organismos electorales, se oriente a regular el proceso electoral reduciendo los términos y plazos en forma porcentual a la fecha que, prevista en la Constitución, se lleven a cabo las elecciones, tanto las presidenciales como las parlamentarias.

3. Excepto una sola reforma constitucional, que indicaré más adelante, debe dejarse para el nuevo Congreso que se elija cualquier otra u otras propuestas de reformas políticas que, responsablemente, requieren un análisis y debate más amplio y técnico.

4. La fórmula presidencial que salga electa y el nuevo pleno del Parlamento, si asumiera el cargo el próximo 28 de julio de 2023, deben de terminar su período el 28 de julio de 2026. Esto es, en el entendido de que ambos nuevos órganos del Estado completan el periodo que se inició el 28 de julio de 2021.

Por lo tanto, para lograr lo antes indicado, se requiere acordar en el Congreso lo siguiente:

a. Como única reforma constitucional, se debe eliminar la prohibición para que los congresistas, gobernadores y alcaldes puedan ser reelegidos para el periodo inmediato posterior al del ejercicio del cargo. Reelección que únicamente está sujeta a la voluntad del elector; en consecuencia, no debe establecerse límites para ello.

b. Y, para posibilitar las elecciones generales extraordinarias, a través de disposiciones constitucionales transitorias, se debe acordar en el Congreso:

1. Adelantar el término del periodo presidencial y congresal, del actual Ejecutivo y Parlamento, al 28 de julio de 2023.

2. Por esta única vez, permitir que la persona que se elija presidente de la República, para el periodo que se inicia el 28 de julio de 2023, pueda postular para el periodo que comienza el 28 de julio de 2026.

3. Todos los partidos políticos con inscripción vigente cuando se convocó a las elecciones generales de 2021 deben de tener derecho de poder postular candidatos a la Presidencia y al Parlamento.

4. En estas elecciones extraordinarias, separar la elección presidencial de la congresal. En ese sentido, establecer que la elección presidencial se efectúe el segundo domingo de abril y, junto con la posibilidad que se requiera una segunda vuelta, se realice la elección congresal.

5. Otorgarle un plazo no mayor a los siete días calendarios a los organismos electorales, para que, a través de su Comité de Coordinación, propongan una iniciativa legislativa a fin de que el Parlamento apruebe las normas transitorias a la Ley Orgánica de Elecciones, que permita ajustar los términos y plazos a las fechas fijadas para las elecciones generales extraordinarias.

No está demás indicar que, el corto tiempo en el que se desarrollará el proceso electoral traerá como consecuencia una campaña política sumamente breve y, por lo tanto, mucho menos onerosa para los partidos políticos.

El pueblo peruano no merece estar expuesto a una inestabilidad política que, a su vez, genera inestabilidad económica; pues, si la democracia es una forma de gobierno o, mejor, una forma de vida política, se hace necesario que todos los que integramos el sistema social que nos comprende, estemos obligados a contribuir no solo con hacer diagnósticos de nuestra realidad, sino con propuestas concretas inspiradas en el bien común, y no en el interés personal que es el que más daña el funcionamiento de una sociedad que aspira a vivir en democracia.

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