Sur minero amotinado y en estado de emergencia: un solo muerto puede incendiar Perú
En los 4 meses entre la disolución del Congreso y la elección del nuevo, las delegaciones del gobierno a nivel de viceministros agotaron las tratativas: 1) El proyecto “Las Bambas” no puede ir sin su Estudio de Impacto Ambiental (mineroducto); 2) El corredor minero no es mejor que el mineroducto y no figura como EIA y 3) No es correcto sino propiamente traición que el Estado peruano se sustituya a la minera.
En los conflictos hay 2 partes: la minera y la comunidad y/o lugareños. El gobierno es la autoridad.
Significa que el presidente Vizcarra ha equivocado su papel: El Estado no debe intervenir en el trato directo entre las partes. Interviene solamente si hay discrepancias.
En “Las Bambas”, su proyecto consiste en mineroducto y no en corredor minero. La autoridad tiene simplemente que exigir el cumplimiento de la Ley y lo estipulado en el proyecto.
Ante esta actitud necia del Presidente, las comunidades están indignadas y la representación gubernamental desalentada. Ya no había nada que tratar y al día siguiente de las elecciones, empezaron espontáneos cierres de carretera y masivas manifestaciones en sus ciudades como lo ocurrido en Yauri - Espinar. El 4 y 5 del presente, fiscales y jueces empezaron a reprimir estos actos de protesta. Han encarcelado a los presidentes de 2 organizaciones y con requisitoria a muchos dirigentes.
El 8 del presente, el Presidente expidió el Decreto Supremo n° 020-2020-PCM, declarando en estado de emergencia el corredor minero, ya no solo de Cotabambas a Espinar sino hasta el puerto de Matarani.
Según este Decreto, los caseríos deben desplazarse a 500 metros de ambos costados de la carretera.
El Presidente quiere evitar muertes. Ha dispuesto que la Policía deje sus balas de plomo que matan en su unidad y vaya a los enfrentamientos solo con balines de goma y escudos que los proteja de las piedras de los espartambos o huaraqueros.
Ya conocemos de estos encuentros entre policías y espartambos con resultados con más policías heridos que huaraqueros; pero sin muertos.
Tal como van los acontecimientos, precipitándose, podemos pensar que el destino nacional inmediato no se decidirá en Lima, en el Congreso, sino en los más de 500 km entre Cotabambas y Matarani.
La bancada etnocacerista fiscalizará al gobierno en el terreno, donde combate el Perú profundo.
El Presidente debe rectificarse y asegurar el camino pacífico de salida de la crisis que lo perfilaba como estadista. Se espera la mediación del Episcopado.