Tener miedo significa no estar preparado

Es un sentimiento que produce una sensación que inhibe el proceso cognitivo, que inactiva la voluntad, pensamiento, percepción, memoria, y que paraliza las acciones hacia lo desconocido, porque no estás preparado para admitir los retos de la vida por la juventud; pero en la medida que vas adquiriendo experiencia, la perspectiva no la percibes en una forma vertical, sino horizontal. El miedo forma parte de la naturaleza humana; simplemente hay que estar preparado para afrontar las incidencias de la vida desde que naces hasta que dejas de existir.
La gran mayoría de las personas no están preparadas para la muerte, y más aún cuando se trata de una muerte súbita, distinta a la muerte esperada por una enfermedad crónica, que en cualquier momento esperas el desenlace fatal. Así, como estamos preparados para nacer, vivir y morir, es importante saber que en cualquier momento de la vida llegará nuestro fin y hay que esperarlo como proceso ineludible de la existencia humana, dejando buenos ejemplos para la vida que harán que las personas allegadas no te olviden. Muchas veces las buenas actitudes de las personas en vida se transmiten a la familia, amistades, alumnos, discípulos, a nivel nacional e internacional, y marcan un precedente histórico de vida e imitación.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú, que los preparan para estar listos para defender al país y al pueblo en tiempo de paz y guerra, como el terrorismo y en la persecución del delito y falta, los concientizan para dar su vida por el prójimo en cualquier circunstancia, estando de servicio o de franco. Eres militar y policía las veinticuatro horas del día al servicio de la patria y sociedad, dejando de lado la familia, lo que sembraron y cosecharon. El salvavidas que se arroja al mar o al río cuando las personas se están ahogando porque la corriente marina los ha conducido al fondo del mar y no saben cómo salir. Esta situación sucede en un naufragio: el capitán del barco es el último en saltar por la proa y la popa; los primeros son los tripulantes. El bombero, que da su vida para apagar un incendio y salvar vidas a costa de la suya; y el Estado, aquí en Perú, no les ha asignado un sueldo, beneficios laborales ni seguro de vida como sucede en otros países. A pesar de ello, están dispuestos a ofrecer su vida por salvar otras, en un acto de admiración, coraje y amor a su país. No obstante las limitaciones que poseen, siempre están listos al pie del cañón.
Un paciente terminal que tiene los días, meses o años contados hay que prepararlo para el desenlace final con mucho soporte espiritual, emocional y psicológico, que lo haga comprender y admitir que en algún momento de su vida va a morir, con el riesgo de una profunda depresión y suicidio. En estos estados sufren más los familiares que el paciente, porque la familia nunca pierde la esperanza de que salga de esta crisis, que sería un milagro del gran arquitecto del universo.
Un reportero de guerra que ingresa al campo de batalla, arriesgando su vida para dar la noticia al mundo sobre la realidad bélica, pone por encima de su vida la noticia. Sin ir muy lejos, tenemos la guerra de Ucrania con Rusia e Israel con Palestina. Los periodistas están muy cerca de la muerte, pendiente de un hilo; y si observamos a profundidad, las guerras no tienen sentido, sino intereses económicos y de expansión territorial.
El ciudadano de a pie, por lo general, no está preparado para la muerte; le embarga el pánico, el miedo y la inseguridad, con honrosas excepciones de personas que están preparadas para dejar esta vida terrenal. Saben que todo tiene su final, y hay que prepararse, organizarse, dejar las cosas en regla para que la muerte no te sorprenda. Si bien es cierto que con la muerte la actividad cerebral deja de funcionar, ¿dónde se va esa energía de la propia naturaleza humana en vida? Se va a un espacio latente. Particularmente, siento a mis padres cerca de mí. Las funciones vitales dejan de funcionar, pero las buenas actitudes de los que se fueron anidan en nuestros corazones.

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