Teorema de Baglini
Decía Luis Alberto Sánchez, “es más cómodo ser oposición que gobierno”. A la oposición se le mide por sus enunciados, pero no por las consecuencias. En Argentina se habla del teorema de Baglini, un ardid contra Milei. Él mismo colabora en asustar a algunos acomodados con el “monstruo” anarcocapitalista, comiéndose al Estado, como si de otra manera no se lo hubiera comido ya el peronismo. Hasta allí es llevadero en el discurso, pero, ¿una vez en el poder?
Según Raúl Baglini, que fuera diputado de la UCR en Argentina, el teorema dice que “el grado de responsabilidad de las propuestas de un político es proporcional a sus posibilidades de acceder al poder”. Aunque en buena parte Milei tiene razón, pues la podrida casta peronista de siete décadas empobreció y “choreó” al país, ¿cuán socialmente viable es en materia de acceso inmediato a la salud, por decir? ¿Qué propondrá Milei para este tema en una transición de políticas? Se entiende el predominio de los principios, pero siempre saltará un contrario.
Hay una distancia entre el discurso, por más justo que sea, y el imperio de lo práctico, por más pernicioso que sea. Según el teorema de Baglini, mientras el poder esté lejos, el enunciado dista de sus consecuencias. Por eso se gobierna entre amenazas. Hacer lo justo no es lo mismo que decir lo justo.
Vale plantearse el problema en una hipotética polémica por la validez y vigencia de un contrato entre el Estado y un privado, un contrato presuntamente corrupto. En una situación tal habría quienes apelen al principio de antijuridicidad de la vigencia de un acuerdo viciado que debería romperse y más cuando los ciudadanos asumen los costos. Otros asumirán que la justicia y la prudencia es atenerse a la seguridad jurídica de contratar. ¿Qué deberá hacer el candidato que se atiene a lo primero cuando ejerza el gobierno?
Si en los contratos (Código Civil) hay vicios ocultos -en los objetos- que permiten rescindir, ¿por qué un trato viciado no puede deshacerse? Real politik, pero, ¿dónde queda lo justo en el derecho? Es el derecho el que anda mal, pues sería lo mismo decir que no hay rescisión de contratos por vicios ocultos porque afectarían las contrataciones.
¿Cuánto se puede ser principista en el poder? ¿La política es el arte de lo posible? No sé Bismarck, pero la política debería ser “el arte de hacer posible lo necesario”.
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