¿Tiene la oposición un Programa de Gobierno?
Frente a este interrogante, considero indispensable que la oposición democrática dentro y fuera del Congreso, debe tener un programa para un futuro gobierno previendo el caso que el presidente Castillo renuncie o sea vacado. La razón es muy simple. Los problemas, las urgencias y las necesidades no se van a solucionar por el solo hecho de que Pedro Castillo Terrones deje de ser Presidente. En esa hipotética situación, que esperamos ocurra a la brevedad posible, recién se iniciaría un largo camino para enfrentar las graves carencias que actualmente sufre el Perú. Empecemos por el principio.
La tendencia de la economía peruana avanza hacia un crecimiento muy bajo en el mejor de los casos, o hacia un estancamiento y quizás poniéndonos en el peor de los escenarios, hacia una disminución del PBI. Estos factores negativos hasta el día de hoy son atenuados por dos factores positivos: 1) el ratio de 34% entre la deuda externa del Perú y su PBI, que según dicen algunos economistas es el más bajo del mundo; y 2) el muy alto nivel de nuestras reservas internacionales, que a la fecha alcanza la cantidad de US$ 79,150 millones, definitivamente quizás la cifra más alta en dólares nominales que registramos históricamente. El Perú, por consiguiente, a pesar de Castillo, tiene un buen manejo macroeconómico, gracias en buena medida a la eficaz gestión de Julio Velarde, actual presidente del Banco Central de Reserva (BCR). Adicionalmente en los años 2021 y 2022 hemos registrado una cifra récord de exportaciones, lo cual origina a su vez una balanza comercial positiva y una relativa estabilidad cambiaria, que no ha sobrepasado un nivel de cambio de S/ 4.00 por US 1 dólar.
Sin embargo, la historia no termina en este guarismo. El Gobierno, entiéndase el Poder Ejecutivo, debe estimular la inversión en todos los sectores de la economía, comenzando por la minería y los hidrocarburos. Todos somos conscientes que la campaña de los antimineros no solo está retrasando el flujo de las exportaciones, sino además. que se posterguen nuevas y urgentes inversiones en el sector. Existen por lo menos media docena de proyectos mineros postergados indefinidamente, entre los cuales debemos contar Conga y Tia María, así la Southern Perú no lo admita expresamente. De otro lado la prospección para nuevas reservas en el gas se ha estancado y eso origina a su vez que las existentes hoy tengan un horizonte productivo del orden de los 25 años. Nosotros sabemos que el gas constituye la fuente originaria de un 40% o más de la producción eléctrica en el Perú. En la eventualidad que no se hagan nuevas exploraciones gasíferas, podríamos entrar en el lapso de tres décadas, en una grave crisis energética con el consiguiente incremento de las tarifas eléctricas, de transporte y del costo de vida en general. Entonces resulta indispensable que el nuevo gobierno del Perú tenga un programa que esté destinado, fundamentalmente, a estimular la inversión de proyectos en todos los sectores, incluyendo el agropecuario, manufacturero, de servicios, turismo, y otros para que la economía mantenga su ritmo de crecimiento y el Estado obtenga los recursos tributarios y de cualquier otro origen, suficientes para realizar inversiones indispensables en el campo de ciertos servicios, tales como agua potable, desagüe, vialidad, infraestructura básica y programas para aliviar la pobreza extrema.
Todo ello con el objetivo fundamental de que la inflación, que ahora se está disparando a cerca del 10% anual, no siga afectando los bolsillos de los estamentos económicos más pobres . Esta es la tarea básica del próximo gobierno, sin perjuicio de que la democracia en el Perú no se deteriore más y los peruanos podamos seguir viviendo en un ambiente de libertad y seguridad.
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