Todo empieza en ti – La Ley del Espejo
Hay formas de vivir pensando que todo está interconectado, aquellas partes o situaciones que nos rodean pensamos que no entran a nuestra vida por casualidad sino desde la práctica de la conciencia nos damos cuenta que todo está interconectado
“Aquello que te molesta, te guste de una persona o te atraiga es parte de ti.”
La conocida ‘Ley del espejo’ de Yoshinori Noguchi propone que nuestra percepción del mundo y de las relaciones humanas son un reflejo de nuestro interior. Esto quiere decir que las circunstancias externas (una mala relación con un familiar, un trabajo que no te satisface…) resaltan como estamos por dentro (creencias limitantes, manera de pensar…). lo que vemos en otras personas es algo que habitaría en nuestro interior. De esta manera, lo negativo que observas en otra persona es un reflejo que vive en ti.
Sugiere, que todos los cambios que queramos llevar a cabo, se reflejan en el mundo exterior y deben suceder primero de manera interna. La causa de lo que te ocurre fuera eres tú mismo, la ley del espejo de invita a dejar de lado el victimismo y tomar acción en la vida, cambiándote tú primero.
Esta ley es para sanar relaciones con personas externas, siendo capaces de ver como nosotros mismos somos la causa de ese deterioro o enfrentamiento. Atraemos lo complementario a través de nuestra vibración y a lo opuesto para conocernos a nosotros mismos.
Es una herramienta de autoconocimiento a través de la observación y relación con el mundo exterior.
Uno de los principales mecanismos para detectar la ley del espejo en nuestro día a día es la similitud. Esta sugiere que nosotros mismos reaccionamos de manera abrupta cuando observamos algunos rasgos negativos en otras personas y que nosotros mismos poseemos. Estas personas ‘reflejan’ un lado que nosotros mismos tenemos, pero consideramos oscuro o poco agradable.
Sin querer, nuestro inconsciente reacciona rechazando un acto o una persona como mecanismo de defensa personal. Sin embargo, la similitud nos muestra una manera en la que un espejo puede ayudarnos a ver aquellas cosas que consideramos defectos, aceptarlas y poder transfórmalas.
La oposición, esta funciona justamente de manera opuesta a la anterior. En muchos casos tenemos determinados conceptos, principalmente de identidad, tan arraigados dentro de nosotros mismos (soy educado, soy tolerante, soy amable…) que el simple hecho de vernos expuestos a personas o circunstancias que reflejen lo contrario nos enfadará de manera desmedida.
Esto sucede como mecanismo inconsciente de refuerzo de la propia identidad, es una manera en la que nosotros mismos nos recordamos lo que somos y a lo que no nos queremos parecer.
Comportamiento con otros, nos reflejan como nosotros mismos nos estamos comportando con otras personas.
A través del enfado o de reaccionar ante estos hechos nuestro inconsciente nos ‘protege’ de que recordar que no estamos actuando de la mejor manera posible con otras personas.
La idealización, sirve para percibir las relaciones con las demás basadas en lo que queremos que sean en vez de aceptar como son realmente.
Cuando conocemos a alguien e inmediatamente creemos que es ‘perfecto’ para nosotros, atribuyéndole características como que es por ejemplo detallista, cariñoso, con capacidad para escuchar y generoso. Sin embargo, en el primer momento en el que veamos un comportamiento egoísta, ‘pasota’, se olvide de cosas importantes y no escuche, tú mismo te decepcionarás porque la imagen mental que te habías construido mediante la ‘idealización’ no encaja con lo que estás experimentando.
¿Para qué sirve?
Si eres capaz de ver situaciones con personas, lo que estos reflejan de ti y quieres cambiar la sensación de enfado o decepción una vez que lo tengas claro, orientes tu comportamiento al perdón.
Noguchi muestra a lo largo del libro la importancia de ‘soltar’ el resentimiento u odio hacia alguien para poder encontrar la paz interior que habita en cada uno de nosotros.
Si dentro de las adversidades o algo que nos duele es algo que debemos de trabajar, para sanar lo que percibimos con esta Ley del Espejo, debemos de identificar, perdonar, pedir perdón y dar gracias por el aprendizaje en lo vivido, necesitamos para integrar la dualidad el conocimiento, que todo está interconectado entre lo que nos gusta y nos disgusta, ello se refleja en nuestras relaciones a reflexionar lo que vivimos y lo que elegimos para empezar a trabajar en lo que hay dentro de nosotros.
¡Espero que a través de esta lectura pueda animarte a tener otra perspectiva de las circunstancias de sufrimiento y/o ansiedad, ten en cuenta que hay una ventana para descubrirte y abrazar nuevas oportunidades desde la práctica de hoy!
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