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#TodosSomosChamorro

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Fecha Publicación: 23/01/2019 - 22:10
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Carlos Fernando Chamorro Barrios, hijo de Pedro Joaquín Chamorro, mártir de la libertad de prensa y de Violeta Barrios, ex presidente de la República (1990-1996), ha tenido que asilarse en Costa Rica porque magistrados títeres del dictador Ortega pretendían criminalizar su protesta cívica para encarcelarlo, como han hecho con varios periodistas opositores.

El diario que dirige, La Prensa, fue sistemáticamente acosado, sujeto a amenazas y asaltos de bandas paramilitares. Durante veinte semanas la aduana impidió que retiren 92 toneladas de papel, tinta y repuestos para la rotativa, que hicieron imposible seguir imprimiendo. Sin embargo, no se doblegaron y ahora el diario circula en edición digital.

La revista Confidencial, también dirigida por Chamorro, fue allanada, saqueada y clausurada; en respuesta, un grupo de jóvenes, bajo el lema "Periodismo es no claudicar", trabaja valerosamente en la clandestinidad, en la habitación de un hotel, esperando que en cualquier momento la policía los descubra y detenga.

Esta ejemplar batalla por la libertad y la democracia ocurre en circunstancias dramáticas para Nicaragua, cuando al régimen de Ortega le atribuyen 380 asesinatos, torturas, asalto de templos y encarcelamiento de 500 ciudadanos, delitos denunciados por investigadores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que, por esa razón, fueron expulsados del país.

La familia Chamorro, sin embargo, nunca ha retrocedido en la lucha democrática y su apellido representa un faro de orientación cívica. Más aún en esta grave crisis política, que se ha trasladado a la economía, como ocurre en la Venezuela secuestrada por el chavismo. Según CEPAL, en efecto, este año la economía decrecerá en -2 % y el propio gobierno estima que 250 mil han perdido el empleo y un millón se han desplazado hacia la pobreza desde que comenzaron las protestas, hechos que también explican por qué 40 mil personas se han mudado a Costa Rica.

Recordemos que Pedro Joaquín, director de La Prensa de 1954 a 1977, combatió sin tregua a la dinastía Somoza, hechos que rememora en su celebre libro “Estirpe Sangrienta”. Fue encarcelando cinco veces, torturado y vivió en la clandestinidad o el exilio largo tiempo, hasta que en 1977, a los 53 años de edad, una brigada criminal de la policía lo asesinó, provocando la insurgencia popular que terminó con la dictadura somocista.

En reconocimiento a su excepcional valor, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó el 2012 un decreto declarándolo “Héroe Nacional” con el título de “Mártir de las libertades públicas”.

Carlos Fernando Chamorro honra el legado de su padre, que poco antes de morir dijo: “no vamos a rendir nuestra banderas, sostenidas gallardamente y sin claudicaciones cuarenta años. Ni hay solución nacional dentro de los límites de un dictador”. Su hijo mantiene esa línea ante un gobierno tiránico, que agoniza penosamente, aislado de la comunidad internacional y solo respaldado por sus socios políticos, Cuba, Venezuela y Bolivia.

Y, en esta batalla por valores y principios democráticos, resurge la vieja frase: “Todos Somos Chamorro”.