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Toledo: quien a hierro mata…

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Fecha Publicación: 24/04/2023 - 22:10
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El domingo 23 de abril arribó, finalmente, procedente de los Estados Unidos, el expresidente Alejandro Toledo.
Toledo Manrique, quien en su gobierno montó, ayudado por el sector caviar más selecto, toda la maquinaria ANTICORRUPCIÓN, hoy se queja amargamente de las reglas de juego que él avaló, aplaudió, y disfrutó cuando se trató de perseguir a todo aquel que sus amigotes caviares oliesen como fujimorista, montesinista o las dos cosas a la vez.

Su abogado y esposa han reclamado "la falta de humanidad" de la justicia peruana, pues durante las horas en la Fiscalía no se le dio de comer, y además se encontraba fatigado. Hicieron también referencia a la edad del exmandatario, quien tiene setenta y ocho años (78).

Y sí, viéndolo fríamente parece un exceso de la justicia tamaña falta de consideración para el Sr. Alejandro Toledo Manrique. Sin embargo, durante los años de su gobierno decenas, por no decir centenas de personas quienes fueron "denunciadas" por corrupción, permanecieron por horas y hasta por días en las oficinas fiscales sin alimento alguno, con problemas médicos de consideración como presión, enfermedades cardiacas, y hasta enfermos oncológicos, sin que nadie abogase por ellos.

Fue una persecución macartista, nadie levantó la voz por los derechos violados de aquellas personas sometidas a juicios mediáticos, detenciones arbitrarias con tan sólo denuncias hechas a través de los medios que Alejandro Toledo regaló con el compromiso del apoyo incondicional y de mirar al costado ante cuanta barbaridad ocurriese en su gobierno. Eso sucedió, hoy el sano y sagrado cosecha lo sembrado por sus huestes caviares, aquellas que se alimentaron del odio. Quien a hierro mata…

Hace unos días escuchaba al abogado Humberto Abanto hacer referencia al caso del Gral. Nicolás Hermoza Ríos, de ochenta y ocho años de edad (88). Declaraba que Hermoza Ríos se encontraba ya hace un tiempo, en condiciones médicas deplorables (con Alzheimer y cáncer), que su permanencia en un penal iba contra toda dignidad humana. Para estos casos existen consideraciones legales, sin embargo, ninguna de las llamadas organizaciones de defensa de los derechos humanos, nacionales o internacionales, se dan por enteradas, es un club, ONLY MEMBERS! Hago esta mención, pues Alejandro Toledo reclama su derecho a ser tratado con especial cuidado y atención por “su edad avanzada y su enfermedad”. Nada comparable a la realidad de otros que transitaron por el mismo vía crucis legal.

Seamos inflexibles para que la ley sea igual para todos, que se cumpla lo establecido por quienes en un momento se creyeron dioses de la justicia y crearon el sistema anticorrupción sin saber que su jefe caería en él. Una vez más se demuestra que: “QUIEN A HIERRO MATA, A HIERRO MUERE”.

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