Tolerancia cero, señores jueces

Mientras la izquierda se prepara para dar una batalla violentísima (que incluye el cierre de instituciones vertebrales de la patria como poderes Legislativo y Judicial; Ministerio Público; Fuerza Armada; Policía Nacional) –para recuperar poder tras la desaparición del régimen totalitario que encabezó Pedro Castillo–, ayer el centro y la derecha peruana se preparaban para iniciar un cómodo fin de semana en algún espacio de solaz y diversión. Hablamos de Fuerza Popular, Apra, Acción Popular, Avanza Perú, Perú Posible y demás partidos políticos que, presuntamente, conforman la oposición política a esta izquierda radical que estuvo a escasas horas de convertir al Perú en otra Venezuela. Es más, esos sectores ni siquiera han protestado, tras el inconstitucional golpe de Estado develado el jueves gracias a la señora Fiscal de la Nación, a la presidenta del poder Judicial, a los presidentes del Tribunal Constitucional y del Congreso de la República. Y asimismo, sin la menor de las dudas, a los tres comandantes generales de los institutos armados y de la Policía Nacional. Mención aparte merece la prensa independiente, que ha mantenido y sigue manteniendo una gran dignidad en medio del estridente acoso y persecución del que ha sido víctima, por parte del gobierno bolchevique de Pedro Castillo. Pero ¿cómo dejar de reconocer el inquebrantable respaldo de tantas decenas de miles de peruanos, quienes, a lo largo de un tragicómico año y medio de gobernanza zurda, nunca dejaron de participar en un sinnúmero de marchas de protesta? ¡Gente que reclamaba por una sistemática violación de los derechos universales y humanos de los peruanos, por cuenta de un régimen marxista y proterrorista que feneció en 7 de diciembre de 2022! ¡Eventos no solo organizados, sino financiados por poquísimos peruanos patriotas, como el señor Erasmo Wong! En otras palabras, el único segmento que ha traicionado su razón de ser –como guardián de la democracia– es el de los partidos políticos, a los cuales señalamos como desleales e irresponsables. Tanto por brillar por su ausencia –antes y durante el golpe de Estado del pasado jueves siete– como porque indignamente siguen guardando silencio, frente a uno de los peores atentados políticos que registra nuestra bicentenaria historia republicana.

Durante la audiencia de detención preliminar, a Castillo lo han declarado culpable de los delitos de rebelión, sedición y abuso de autoridad. Aunque, tan culpables como él son Betssy Betsabel Chávez Chino, Aníbal Torres y Luis Alberto Mendieta. Tres sujetos que estuvieron en un mismo ambiente de Palacio con Castillo cuando anunciaba el cierre del Congreso. ¡Por eso son responsables de aquello, como también de toda desaparición de los documentos que circularon en aquel ambiente! ¡La Justicia debe ser severa con estos parias de la política! El Perú no debe darse el lujo de soportar otra infamia ejecutada, en este caso, por una organización criminal dedicada a robarle al Estado, como la califica la Fiscalía de la Nación en la denuncia Constitucional presentada al Parlamento. Tolerancia ninguna, concesiones cero, privilegios fuera. Castillo, Torres, Mendieta, Chávez Chino y tantos otros, merecen una ejemplarmente draconiana condena penal.

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