Trabajo, trabajo, necesitamos mucho empleo
El trabajo no solamente es un deber, es un derecho. El ser humano requiere y necesita trabajar para obtener una remuneración que le permita subsistir. Para que haya empleo con muchos –muchísimos– puestos de trabajo se requiere que haya grandes e importantes centros de producción de bienes y servicios y para ello se necesita empresarios nacionales y extranjeros que inviertan capitales principalmente en industrias, agricultura, extracción de minerales, pesca, comercio, transporte, construcción. El Estado también puede y debe invertir en infraestructura, carreteras, explotación de hidrocarburos, mejora de servicios para la población, etc. Esto siempre se ha solicitado a los gobernantes.
Ante esa necesidad es honesto discrepar con quienes en sus campañas electorales con “sus discursos” han ahuyentado del país a los capitales nacionales y extranjeros y han determinado que en el mercado nacional cada día se devalúe nuestra moneda y eleve el precio de las divisas, cuya consecuencia es aumentar el precio de productos sobre todo los de necesidad alimentaria. La pobreza se incrementa lo que no se soluciona “repartiendo” dinero proveniente del erario nacional. La economía nacional se ha deteriorado.
Es necesario señalar que el nuevo gobierno hasta ahora no ha evidenciado que evite la subida del dólar americano en el mercado nacional. Tampoco se conoce pronunciamientos para no espantar a los inversionistas nacionales y extranjeros ni el cierre de centros de producción. La Pandemia del Covid-19 no debe servir de “excusa” para “justificar” la ineficiencia.
Se requiere con urgencia que, sin renunciar a las propuestas electorales, se promulguen honestas garantías que se respetarán las inversiones foráneas y nacionales para aumentar significativamente la producción de bienes para los mercados peruanos e internacionales. Si logramos mayores cantidades de bienes exportables, no solamente se incrementara significativamente el número de puestos de trabajo estables con remuneraciones y beneficios sociales conforme a la legislación peruana; sino que también habrá mejora de la recaudación de impuestos y sobretodo la superación de la pobreza.
Para lograrlo, se requiere, no solamente reflexión de los gobernantes y congresistas, sino expedir sin dilación normas legales de aplicación inmediata para evitar la demolición de la economía nacional. Caso contrario, que los políticos “ganadores” electorales no olviden que las calles y plazas esperan a las multitudes que hasta pueden producir mártires. Exigirán que se les garantice puestos trabajo y se reabran muchos centros de producción que están cerrándose desde la campaña electoral. La Pandemia resultará para el Perú un mal menor.
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