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Tragedia americana

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Fecha Publicación: 16/09/2025 - 22:30
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Cuando los padres de Cheslie Kryst se divorciaron, su madre se casó con David Simpkins, tuvieron dos hijos y formaron una familia estable. Atleta reconocida, muy buena estudiante se graduó en Derecho y Administración de Empresas en la Universidad Wake Forest de Caroilna del Sur. Era, además, singularmente hermosa. Sus ojos vívidos resplandecían sobre su tersa piel de ébano. Ganó el concurso Miss Carolina del Norte en el 2017 y el de Miss Estados Unidos en el 2019. Se llevaba muy bien con su madre, con quien compartía sus logros, problemas y, especialmente, los desvelos de una inexplicable depresión que la acompañaba desde niña.
Cheslie era consciente de su mal al punto de que con motivo del Día de la Salud Mental en el 2019 escribió en su cuenta de Facebook: “Hago mucho para asegurarme de mantener mi salud mental. Lo más importante es hablar con un consejero. Me da muy buenas estrategias, sobre todo si estoy triste o feliz, o si tengo un mes ajetreado por delante. Cuando no hablo con mi consejera, dedico un tiempo al final de cada día a descomprimirme”. Más tarde, en el 2020, dijo en una entrevista: “Hay tres cosas que estoy haciendo en mi autocuidado: fijarme un horario regular, establecer límites muy claros y tener un programa de entrenamiento para mente y cuerpo sanos.”
La bellísima Kryst era una mujer no solamente exitosa sino culta, madura, informada, que se interpelaba cada día y que crecía en todo aspecto. ¿Qué más se le podía pedir a una muchacha que ha llegado a los 30? Un médico que la veía les dijo a su madre y a ella que padecía de “depresión de alto funcionamiento”, un término que trata de singularizar una gran angustia en una persona, así como otros síntomas de la depresión mayor que no son evidentes para su familia y entorno más cercano. En su oficina, uno de sus jefes dijo de ella lo que el gran filósofo Ortega y Gasset decía de la mujer: “Era como una luz radiante en cada habitación”. Nadie repara en ella, salvo cuando anochece y nada se puede hacer sin esa luz.
Cheslie Kryst se mató el 30 de enero del 2022. Su cuerpo fue hallado al frente del Edificio Orión de la calle 42, cerca de Times Square donde vivía y de cuyo piso 60 se lanzó al vacío. Dejó todas sus posesiones a su madre. Horas antes de quitarse la vida
-según lo reveló el New York Times- escribió en su cuenta de Instagram: “Que este día te traiga paz y descanso”.
¿Hay un gen del suicidio? ¿Hay agujeros negros en algunas constelaciones familiares? O, para decirlo de otra manera: ¿Hay quienes, como Vallejo afirmaba de sí mismo, nacieron un día que Dios estaba enfermo?

Jorge.alania@gmail.com

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