Tu vida es una mentira

¿Por qué es difícil que muchos seres humanos no sean auténticos? Su vida ha sido una mentira, apariencia del qué dirán. Esta conducta no aparece de la noche a la mañana, sino que se siembra y cosecha desde la infancia con el ejemplo. A las personas les cuesta abrirse a sí mismas y con los demás por miedo a mostrar su propia esencia. Inclusive discriminan y hablan mal de las personas, y la verdad es vista como debilidad, en lugar de percibir que la verdad los hace libres. Los valores están invertidos, y creen que la mentira es una forma de subsistir desde que nacen hasta que dejan de existir. Comienzan con una mentira sencilla hasta llegar a niveles altamente peligrosos. Estos comportamientos se trasladan de generación en generación; sin embargo, existen personas que creen que la mentira es una verdad y defienden esta posición a capa y espada. Cuando se dan cuenta de cuál es la verdad, se limitan a decir “me equivoqué” y siguen adelante sin mayor remordimiento. Son personalidades débiles, fáciles de manipular, dirigir y de hacer lo que el mentiroso desea con malas intenciones.
Tenemos el caso de que la mamá le dice al niño: “No comas chocolate”, y el niño responde: “No he comido”, sin embargo, tiene la boca manchada de chocolate. Podríamos calificarlo de una travesura sin sentido, pero no lo es, porque la necesidad de mentir, para darse gusto, evitar un castigo o que no le permitan jugar con sus amiguitos, la aprendió del padre. Por ejemplo, la esposa le dijo al padre: “Ya no comas tanto dulce”, y él los guardó en el bolsillo. El niño observó esta conducta y la repitió con la madre. La vida es un aprendizaje constante, por eso es importante enseñarles a los niños a decir la verdad cueste lo que cueste, porque así comienzan a madurar.
En la escuela, un adolescente sustrae el registro de notas del maestro porque había salido desaprobado en una materia y tenía mucho temor de decírselo a sus padres. El profesor se dio cuenta de la falta del registro y preguntó a los alumnos qué sabían de la pérdida del registro. Los alumnos contestaron que no sabían nada. Se convocó al coordinador del colegio y al delegado de la clase para que apoyaran en el descubrimiento de la verdad. Les dijeron a los alumnos que, en un papel, escribieran el nombre del alumno que había cogido el registro. Los alumnos, por mayoría, sindicaron a un alumno, quien después fue interrogado y dijo la verdad. En lugar de afrontar la situación conversando con el maestro y pidiendo una oportunidad para mejorar su nota, optó por sustraer el registro. Eso no es lo correcto. Cuando se le preguntó por qué actuó de esa manera, dijo que había visto a sus padres cambiar unas actas de asamblea donde el padre era presidente. Allí está el ejemplo del mal actuar de los padres.
Ustedes saben que, muchas veces, las personas mienten, no porque hayan presenciado un mal ejemplo, sino porque ese niño o adolescente es ignorado por los padres. Falta de comunicación, afecto, cariño, respeto. En lo material no les falta nada, pero sí amor, que es el sentimiento que moviliza a los seres humanos. Incluso existe la sobreprotección, que los hace irresponsables, o la carencia de afecto, que los aísla, y buscan la manera de llamar la atención. En el fondo, significa: “Existo, estoy presente, necesito que se preocupen por mí, no me ignoren”. Una forma de llamar la atención es empezar a sustraer cosas de la casa o de viviendas ajenas, no estudiar, dejarse jalar los cursos, empezar a consumir drogas, alcohol, juegos de azar, malas juntas, incluso estar al margen de la ley y ser internados en reformatorios o la cárcel. Esta situación emocional grave que están pasando, en algunas ocasiones, puede llevarlos al suicidio por la soledad profunda que sienten, sin deseos de vivir y sin alternativas.
Por eso, es muy importante que los padres y los hijos tengan mucha comunicación. El respeto se gana, no se impone. El buen trato, el calor humano, ponerse en el lugar de los hijos, es construir una vida nueva llena de satisfacciones. Tengan la seguridad de que siempre estarán en el corazón de sus hijos y que no mentirán.

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