Ucrania, desde el lugar de los hechos
Escribo desde Estonia, afectada por las sanciones económicas impuestas a Rusia. Se siente que la inflación, y el costo de mantener esta guerra cae sobre el pueblo. Además, amenazado por Moscú, si se extiende la guerra en Ucrania
Ha pasado año y medio desde que Rusia invadió territorio ucraniano, bajo el pretexto de apoyar separatistas.En realidad, la presencia de sus tropas obedece a razones de estrategia geopolítica, dentro de la cosmovisión de Moscú. La OTAN no apostó por la diplomacia para evitar este conflicto, así como tampoco para solucionarlo. Optó por la propaganda, con la se hace de una ventaja. Pero las cosas son distintas.
En la última cumbre de la CELAC no se logró-, como hubiera querido la Unión Europea- que América Latina participe en sanciones ni condene expresamente a Moscú. Esta falta de una postura unida se da igualmente en otras regiones del mundo. Ello se verá la próxima semana cuando se reúnan los países llamados BRICS en Sudáfrica.
El conflicto en Ucrania es secuela de arreglos -cuestionables- en la II Guerra Mundial, en la que países de occidente se unieron a la Unión Soviética -pactaron con comunismo- para derrocar países europeos de derecha. Por lo que Rusia se atribuye ahora derechos en Europa.
Ucrania es aun escenario de combates de baja intensidad. Se actúa evitando participar con tropas extracontinentales, como fue el caso de Siria o Afganistán. La responsabilidad de defender intereses de occidente ha sido atribuida formalmente a un actor bisoño que enfrenta a un político cazurro –Putin- con varios lustros de experiencia en manejo de conflictos. El mayor perdedor es siempre el más débil: la nación de Ucrania. Recordemos que en la última Guerra Mundial –a instancias de Moscú- perdió seis millones de habitantes. Ahora se le está aumentando la dependencia de apoyo exterior.
El ganador en el amplio espectro es Washington que, sin derramar sangre de sus soldados, obtuvo que Europa -histórico competidor económico- sea nuevamente escenario de guerra, pudiendo EE.UU. renovar armamentos
Esta semana viajó a Kiev el ministro de Finanzas de Alemania. La reconstrucción posiblemente será asumida por Alemania, por sus históricos intereses económicos en Ucrania que se remontan a los Anhalt, y al protectorado (Comisariato) de los alemanes sobre Ucrania. La nación ucraniana le debe más a Alemania que a la OTAN.
La propaganda como el uso de las armas no solucionan conflictos. Como diplomático estoy convencido que, para evitar una Tercera Guerra Mundial, es necesario negociar. Más importantes para occidente son Suecia y Finlandia (que entran a la OTAN) que las regiones pobres ucranianas bajo influencia rusa. Recuperar esos territorios no es una tarea necesariamente militar. Alemania demostró que pudo liberarse de la ocupación soviética sin un solo tiro, en noviembre de 1989, derribando además el Muro de Berlín.
Con estos logros de occidente -hasta ahora a bajo costo- llegó el momento de alcanzar la paz. El único camino es el diplomático. La ONU debe recobrar su protagonismo en la solución de conflictos. En Perú, tiene una oportunidad para fomentar iniciativas y propiciar negociaciones a favor de un alto del fuego y luego para un arreglo pacífico, como lo hicimos en la época de Pérez de Cuéllar y su equipo.
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