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Un desafío y una posibilidad

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Fecha Publicación: 27/12/2022 - 23:30
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En enero de 2023, el nuevo presidente del Poder Judicial asumirá el cargo. Él afrontará los problemas de la Administración de Justicia. Son un desafío para resolverlos con inteligencia, constancia, honestidad, responsabilidad y sacrificio; el Perú lo requiere y es necesario afrontarlos.

Ante los problemas de la Administración de Justicia, se requiere magistrados, letrados y justiciables conscientes y audaces que la vuelvan eficiente. Es deber de todos. Sus crónicos problemas generan la insatisfacción no sólo de los justiciables. A pesar que constitucionalmente goza de unidad, independencia y exclusividad jurisdiccional no administra justicia dentro de los plazos establecidos en los códigos y normas procesales, incumpliendo el artículo 109° de la Constitución.

En todo proceso judicial demandante, demandado y juez están regidos por las mismas normas procesales; los magistrados exigen que los justiciables las acaten, pero ellos no las cumplen. Algunos problemas de la Administración de Justicia son: lentitud en procesar las causas judiciales incumpliendo los plazos procesales, desde la presentación de una demanda y/o denuncia hasta que se expide la sentencia firme con autoridad de cosa juzgada; demoran la ejecución de sentencias. Inmensidad de expedientes sin resolver y constantes “redistribuciones”. Burocratización de trámites administrativos. Su personal “especialista”, asistentes y administrativos evidencian falta de capacitación (Generalmente son CAS). Muchos jueces supernumerarios carecen de capacidad; no son examinados ni designados por la Junta Nacional de Justicia. Se requiere mayor cantidad de despachos judiciales en todas las instancias. Los Órganos de Control tampoco muestran idoneidad. Hay más deficiencias.

El electo presidente del Poder Judicial, magistrado Javier Arévalo Vela, egresado en 1988 de la Cuatricentenaria Universidad de San Marcos, en enero de 1996, cuando tenía 34 años, en público concurso obtuvo el primer puesto para la vocalía de la Corte Superior de Lima. Por mérito propio fue elegido Magistrado Supremo. Es especialista en Derecho del Trabajo (autor de libros de su especialidad) y evidencia cualidades y capacidad como administrador de justicia. Su vida como abogado y magistrado ahora le ofrecen y presentan un gran desafío: volver eficiente al Poder Judicial. Él puede hacerlo diligentemente para recuperar la credibilidad en los administradores de justicia y el Poder Judicial y que los justiciables, sin excepción, dentro de los plazos procesales, obtengan sentencias definitivas con justicia, equidad y humanidad. El Perú espera que el magistrado Arévalo Vega transforme la realidad del Poder y la vuelva eficiente. ¿Lo logrará?