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Un diagnóstico descarnado, pero realista

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Fecha Publicación: 07/01/2024 - 23:00
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“La presidenta, doña Dina Boluarte, es el Juan Reynoso de la política” (refiriéndose al exentrenador de la selección peruana de fútbol). Dice que el Perú está bien, pero la economía continúa cayendo; asimismo, afirma ´no tengo nada qué ver con Castillo´, lo cual es falso.” Esta declaración que pinta de cuerpo entero a doña Dina, corresponde al reconocido economista Alejandro Indacochea, aparecida ayer en una interesante entrevista que le hizo EXPRESO. Repasémosla. “Según el Banco Central de Reserva, la inversión minera cayó 14% y la inversión total 7%. La caída del PBI este año se estima en 0,5%, cuando se esperaba (por declaración del propio cuestionado, todavía ministro Conteras) un 0.3% de crecimiento.” Indacochea indica otras causas como responsables de la inestabilidad económica (en gran parte por culpa del citado ministro, quien ocupó este mismo cargo durante el desgobierno de Castillo); y política (culpabiliza a Boluarte y a su premier Otárola). Asimismo, “a la inseguridad ciudadana, las marchas/protestas sociales y, también al fenómeno de El Niño.” “¿Qué responsabilidad tiene el gobierno?” pregunta Indacochea: “Mantener un silencio cómplice”. También critica que el aparato público demuestre incapacidad para enfrentar aquellas impresentables medidas del Congreso, como la vuelta a las universidades chatarra, la reincorporación de 15,000 maestros y el dispendio en bonos y beneficios para los congresistas y empleados del Legislativo.

“Parece que existe un pacto implícito entre el gobierno y la mafia fujicerronista, para llegar al 2026 (…) El gobierno no tiene un plan claro para la inseguridad ciudadana (…) En conclusión, el Ejecutivo hace mal; pero el Congreso no fiscaliza; y viceversa.” Más adelante denuncia: “Tenemos una presidenta ausente; unos ministros que están centrados en gestionar la coyuntura y el corto plazo; y un primer ministro que pasa de contradicción en contradicción.” Por otra parte, persevera en que Dina Boluarte insiste en desligarse del gobierno de Castillo, del que fue vicepresidenta y ministra “durante todo su gobierno”, además de ser “compañera de fórmula presidencial durante la campaña donde recabó dinero para Vladimir Cerrón.” Simultáneamente recuerda que la presidenta Boluarte “ha viajado al exterior, donde ha señalado que en el Perú existe estabilidad y que Perú es un país abierto; ¡cuando en realidad hay una ola de inseguridad ciudadana que repercute en la inversión privada a través de la inversión negativa (…) El gobierno no tiene una estrategia clara. Aparte, tiene un ministro de Economía que solo descalifica a quienes le critican, y exige que los empresarios sean optimistas; ¡pero solamente ofrece el plan “Punche Perú”, basado en más gasto público y cero inversión pública y privada! (…) Estamos perdiendo la oportunidad de atraer inversión privada.”

Idacochea concluye así: “la única manera de superar esta situación es crecer por encima del 4 % anual; y para crecer a ese ritmo no bastan las palabras bonitas ni las buenas intenciones; ¡se necesitan recursos de inversión! Y para atraer la inversión, es necesario contar con estabilidad política, seguridad ciudadana, y un entorno libre de corrupción.” En rigor, un diagnóstico descarnado, pero realista sin la menor duda.

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