Un Estado fraccionado
El grado de extrema corrupción que exhibe nuestro Estado se debe a una estrategia común –entre caviares y comunistas– cuyo objetivo es debilitar las estructuras políticas del Perú, fragilizar su base democrática adecuándose a su objetivo: transformarnos en esta mazamorra bautizada como la democracia peruana. Aquí el Estado no funciona porque cada uno de los compartimentos creados por los caviares/comunistas –al interior de los tres poderes del Estado– se opone formalmente a la estructura cincelada en piedra por nuestra Constitución. Los caviares actúan en connivencia con el comunismo (aliados políticos desde inicios de siglo).
El resultado es este país amorfo que cada minuto perjudica gravemente la vida de Juan Pueblo. Quizá el ejemplo más claro lo tengamos en el campo de la Justicia. Hoy los peruanos no tenemos el derecho a acceder a este valor supremo fundamental, del que goza toda sociedad libre y próspera. ¿La razón? La partición –o fraccionamiento del Estado– ideada por los caviares/comunistas ha volado en pedazos a la Justicia peruana, clásica táctica izquierdista/caviar para socavar las bases sociales de toda nación.
Un reciente ejemplo dentro del rosario de casos en que el Estado atenta contra sí mismo –parte de la táctica autodestructiva de la coalición caviares/comunistas– lo tenemos en aquel mamotreto legal creado por el imputado por corrupción Martín Vizcarra, que los camaradas insisten en imponernos como parte de una fórmula autodestructiva del Estado.
Hablamos de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), ente aniquilador del Estado de derecho perversamente creado para manipular el poder judicial. Los incordios, las confusiones y gravísimas incoherencias a las que apela la JNJ para profundizar el caos –como caballo de Troya de los caviares/comunistas para exacerbar los ánimos entre nuestra sociedad– han llegado al extremo de lo intolerable, en su propósito de generar un cambio político de proporciones tectónicas para imponer su plan transformador de las estructuras sociopolíticas del Perú, instalando sine die en el poder a una organización criminal.
Transcribimos, resumida, parte de la información de EXPRESO aparecida ayer, como muestra de lo que cocina aquel poder escondido: “El miércoles 3 de julio de 2024, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) dispuso reponer en sus cargos a Inés Tello y a Aldo Vásquez, ambos provocadores y prevaricadores, miembros de esa entidad, a quienes había cesado en sus cargos el Congreso, cuyo imperio nadie puede ni debe menoscabar, salvo previa sentencia del Tribunal Constitucional”.
A criterio del excanciller Luis Gonzales Posada, lo ocurrido en el poder judicial es un “golpe judicial”; una decisión abusiva, prevaricadora que constituye un grave atentado contra el Estado constitucional de derecho. “Con ello los caviares/comunistas desconocen el fuero del Tribunal Constitucional, por tanto, deben ser procesados”. Es inadmisible que obliguen al Congreso a ponerse bajo su mando, amenazando a los legisladores con denunciarlos si pretenden destituir a cualquier miembro de la JNJ. Igual ocurrió cuando obligaron a reponer a la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos, suspendida por negarse a investigar a Pedro Castillo.
Saquemos a los caviares/comunistas del poder que han secuestrado inconstitucionalmente. ¡Nunca fueron electos por el pueblo!
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