Un Estado hecho trizas

Desalienta mucho que el país siga penetrando –y muy rápido– a la dimensión complaciente de los fuegos artificiales o las estrategias elusivas. Que todos los huevos puestos en la canasta de una reforma judicial con evidentes tropiezos y otra política cargada de intereses cruzados, oculte el deterioro del aparato estatal en sus diferentes aristas. Repetimos con Manuel González Prada que somos un organismo enfermo y que donde ponemos el dedo salta la pus.

Apenas esta semana hemos visto la escandalosa liberación del sicario apodado “Goro”, responsable del asesinato del ex consejero regional de Áncash Ezequiel Nolasco y otras personas, pese a tener una sentencia condenatoria de 25 años. Liberación argüida como “arresto domiciliario” por una causa distinta en la que cumplía prisión preventiva cuyo plazo estaba vencido. Todo un tinglado para facilitar su fuga y las consiguientes rasgadas de vestiduras de los ministerios de Justicia y del Interior, responsables de verificar al milímetro la situación judicial del delincuente.

Peor ha sido la confusión de féretros de valerosos soldados del ejército abatidos en un enfrentamiento con remanentes terroristas en el Vraem. El que debió llegar hasta Lima fue a parar al aeropuerto de Jauja y viceversa. Un agravio indolente a las familias de los muertos, pero también una confirmación del escaso rigor con que servidores públicos de las fuerzas armadas actúan en un caso tan delicado.

Y asimismo, casi desapercibido y solo comentado por el diario especializado en temas económicos Gestión, se supo que el presidente Martín Vizcarra decidió no promulgar ni observar la nueva ley de Zofratacna, pese a que tres de sus ministros –Economía y Finanzas, Producción y Justicia– sustentaron sus observaciones a la misma porque propicia estímulos al contrabando y competencia desleal para el resto del país. Vizcarra, como siempre, calculó que por el Día del Pescador (ayer) tenía programado visitar Tacna y no quiso comerse las pifias de los lugareños si observaba la norma. Populismo por sus cuatro costados.

Ahora el Gobierno tiene el reto de señalarnos que hay algo de Estado con la puesta en marcha del proyecto minero Tía María, el mismo que ya cuenta con el Estudio de Impacto Ambiental aprobado. Pero alarga la decisión y permite por default que se rearme una oposición animada por agitadores externos y algunos herederos del lentejero Pepe Julio Gutiérrez. Encima, el viceministro de Gobernanza Territorial declara a un medio arequipeño que Southern “no tiene otra alternativa” que elaborar un nuevo EIA para demostrar que su proyecto es “amigable” con el ambiente y la agricultura.

Pobre Perú. Colgado de sus ilusiones y con un Estado que ya está hecho trizas sin imperio alguno.